Lo que he mencionado acerca de la ansiedad hasta ahora no es aun suficiente para comprenderla en su totalidad, y en una perspectiva más detallada se debe explicar el carácter de la ansiedad y su evolución desde los inicios de la vida humana.
Fue Melanie Klein quien, a través de las investigaciones llevadas a cabo en los análisis de niños, que descubrió aspectos hasta entonces inéditos en la génesis y desarrollo de la ansiedad.
De acuerdo con Klein, sabemos que la primera situación de la ansiedad se manifiesta en los comienzos de la vida a causa del peligro que para el organismo representa la pulsión de muerte. Es decir, el Yo primitivo experimenta la presencia de la pulsión hacia el exterior. Dado que la pulsión de muerte o destructiva, lo mismo que su contrario, la pulsión de vida o erótica, persiste durante toda la vida, la ansiedad provocada por ella puede presentarse, de una u otra forma, en cualquier momento de la existencia.
La división fundamental de las pulsiones en pulsión de muerte o destructiva y pulsión de vida o erótica fue descrita por vez primera por Freud en Más allá del principio del placer (1920) y continuada en otros trabajos como El yo y el ello (1923) y el problema económico del masoquismo (1924).
La ansiedad persecutoria
La actividad de pulsión de muerte en el interior del organismo es sentida por el bebé como un peligro de aniquilación. Para defenderse de ello, desvía esta pulsión y la proyecta en sus primeros objetos, es decir, los aspectos parciales de la madre. No vivida aun como una totalidad y esencialmente la representación del pecho. Al proyectar esta pulsión destructiva al exterior, el mundo circundante se torna hostil y persecutorio, transformándose el objeto en el representante externo de la pulsión de muerte. A causa de esto, los sufrimientos provocados por diversas causas tales como el hambre, espasmos intestinales, heces, entre otros. Son experimentados como provenientes de este objeto revestido de la agresividad que hacia él se ha dirigido, y a causa de la cual se teme la venganza y el castigo.
La ansiedad desencadenada por el temor a los ataques por parte del objeto, tanto el externo como el internalizado, y por las pulsiones destructivas que actúan en el interior, es la denominada por Melanie Klein ansiedad persecutoria, que es, por tanto, la ansiedad que se presenta desde los comienzos de la vida.
El sentimiento de ansiedad persecutoria que se desarrolla en el niño como producto del miedo de que este impulso agresivo le cause daño, el niño puede no saber lo que decide cuando este sentimiento se manifiesta ya que el odio y la ansiedad se proyectan hacia el primer objeto de relación que posee (pecho de la madre) que pasaría a ser el pecho malo, y los sentimientos de amor se proyectan en el pecho gratificador bueno.
Por último, la ansiedad persecutoria se sujeta primariamente a peligros que amenazan el yo; la ansiedad depresiva, a peligros sentidos como amenazando el objeto de amor, en primer término por la agresión del sujeto.
Considero importante subrayar que en la génesis de la ansiedad persecutoria ocupa un papel destacado el mecanismo de identificación proyectiva, ya que al introducir mentalmente, partes del propio self en el objeto, sobreviene el termo de quedar atrapado, como en una trampa, dentro de éste, cuyo interior se siente poblado de amenazas y peligros. Además, el sujeto también siente que, como represalia, el objeto tratará, a su vez, de introducirse en su interior junto con las partes dañinas del self que en él se proyectan.