Las personas que funcionan plenamente (término utilizado por Rogers para designar la autorrealización, la cual consiste en desarrollar todos los aspectos del yo) tienen sentido de libertad y capacidad para vivir todos los momentos de forma intensa y creativa. Según Rogers, el resultado esperado del desarrollo psicológico y la evolución es una persona que funciona plenamente.
Rogers
Funcionar plenamente significa tener una dirección, no un destino
Los supuestos de Rogers respecto a las características de las personas que funcionan plenamente se desarrollan a continuación:
Conciencia de todas las experiencias
Las personas que funcionan plenamente conocen todas las experiencias no deforman ni niegan ninguna experiencia y las filtran todas a través del sí mismo. No adoptan una actitud defensiva porque no se deben defender de nada, no hay nada que amenace su autoconcepto. Están abiertas a sentimientos positivos, como el valor y la ternura, y a sentimientos negativos, como el miedo y el dolor. Son más emotivas dado que aceptan una gama más amplia de emociones positivas y negativas que sienten con mayor intensidad.
Frescura con la cual aprecian todas las experiencias
Los sujetos que funcionan plenamente viven los momentos de la vida con absoluta espontaneidad. Todas las experiencias son frescas y nuevas en potencia. No se pueden predecir ni anticipar, pero los individuos participan en ellas sin reservas, en lugar de limitarse a observarlas.
Confianza en los sentimientos y la conducta propios
Las personas que funcionan plenamente confían en su organismo. Con esta frase Rogers quería decir que este tipo de sujetos confía en sus reacciones, en lugar de guiarse por opiniones ajenas, por un código social o por sus juicios intelectuales. Adoptar la conducta que parezca adecuada es un buen criterio para comportarse de forma satisfactoria. Rogers no sugería que los individuos que funcionan plenamente prescinden de la información obtenida de su intelecto o de otras personas, más bien que aceptan todos los datos como congruentes con su autoconcepto. Nada es una amenaza para ellos; pueden percibir, evaluar y ponderar con exactitud toda la información.
En consecuencia, su decisión de cómo obrar en una situación determinada se deriva de la valoración de todos los datos de la experiencia. Sin embargo, no se percatan de estas consideraciones debido a la congruencia entre su autoconcepto y la experiencia, por lo cual sus decisiones parecen más intuitivas y emotivas que intelectuales.
Libre albedrío, sin inhibiciones
Los sujetos que funcionan plenamente toman decisiones con entera libertad, sin restricciones ni inhibiciones. Esto les confiere una sensación de poder pues saben que el futuro depende de sus actos y no de las circunstancias presentes ni de hechos pasados o de otras personas. No se sienten obligados, por ellos mismos ni por otras personas, a comportarse sólo de una manera.
Creatividad y espontaneidad
Las personas que funcionan plenamente son creativas, llevan una vida constructiva y se adaptan a las condiciones cambiantes del entorno. La espontaneidad forma parte de la creatividad. Estas personas son flexibles y siempre están buscando experiencias y retos.
Necesidad permanente de crecer, de esforzarse por alcanzar el máximo del potencial propio
Las personas que funcionan plenamente enfrentan los problemas. No cesan de ensayar cosas nuevas, y se esfuerzan y ponen en práctica todo su potencial; es decir, una forma de vida que plantea retos y gran complejidad. Cabe mencionar que Rogers no dice que estas personas son alegres, dichosas o felices, aunque a veces lo sean. Más bien su personalidad es enriquecedora, emocionante y llena de sentido.
Las personas que funcionan plenamente dicen que “se realizan”, en lugar de usar el término “realizados”, porque éste designa una personalidad terminada o estática, concepto totalmente contrario a la intención de Rogers, ya que para este autor el desarrollo del sí mismo nunca permanece estático.
Referencia: Duane P. Schultz, Sydney Ellen Schultz “Teorías de la personalidad“ 9na. Edición. Editorial Cengage Learning. Australia. Pág.333.