Como realizar una entrevista a un adolescente

En una entrevista a un adolescente existen tres procesos que, si bien se dan separados, van de forma paralela y se interrelacionan al preparar una entrevista o sesión con adolescentes:

  1. El lugar de la entrevista.
  2. Los arreglos físicos para promover el rapport.
  3. Cuidar las interrupciones durante la entrevista.

Aunque de todas ellas, el objetivo primordial de todo terapeuta es establecer rapport con el paciente. Aunque construir rapport se aplica a todos los casos establecer esta confianza entre el terapeuta-paciente es algo que puede llevar más tiempo en adolescentes.

Tomar notas durante la entrevista

Hay expertos que recomiendan no tomar notas durante la sesión. Sin embargo, hay datos que difícilmente se pueden memorizar y el esfuerzo por hacerlo puede distraer al entrevistador de otros aspectos importantes que debe cuidar.

Es aconsejable tomar buenas notas para recordar lo esencial. Sirven cuando sucede algo inesperado, pues se pueden consultar para saber qué pasó.

Después de las vacaciones o suspensiones, las buenas notas ayudan. Estas permiten encontrar patrones de conducta que no se habían notado antes, deben ser certeras, breves y claras.

Las 5 fases de una entrevista a un adolescente

Existen cinco fases de la entrevista que se encuentran implícitas dentro de las entrevistas clínicas. A diferencia de la entrevista con adultos, la entrevista en niños y adolescentes suele tener algunos cambios que involucran más conocimiento técnico y teórico respecto a las fases del desarrollo evolutivo.

Las fases de la entrevista que se pueden utilizar en niños y adolescentes son las siguientes:

  1. Introducción
  2. Apertura
  3. Cuerpo
  4. Cierre
  5. Terminación

Introducción

Es el primer contacto entre entrevistador y adolescente, la duración deberá ser de 3 a 5 minutos. Es el momento en que se le ayuda al adolescente a que se ponga cómodo y reduzca su ansiedad. Es común encontrarse con que no son los adolescentes quienes piden ayuda sino sus padres, por una preocupación de ellos o por sugerencia de algún maestro escolar.

Incluye el contacto telefónico que es el momento en el que inicia la entrevista o la relación terapéutica misma. La llamada telefónica en la que se establece la primera cita, ayuda a que el joven se sienta cómodo.

Prácticamente se trata de tener un saludo profesional pero no frío, para favorecer la relación.

Finalmente, se deben evaluar las expectativas del adolescente. Es conveniente explicarle del secreto profesional. Es decir, que sepa que la información que se trate en la entrevista será confidencial y qué límites tiene.

Algunas recomendaciones para la introducción son:

  • Fijar cita conveniente para ambos: lugar, fecha, hora.
  • Presentarse profesionalmente.
  • Identificar cómo le gusta al paciente que se le llame y determinar si es conveniente llamarle así.
  • Iniciar con una pregunta neutral, no social, que haga sentir cómodo al adolescente.
  • Indicar al paciente dónde sentarse o si es a criterio del entrevistador, dejar que elija el adolescente.
  • Explicar la confidencialidad y sus límites.
  • Explicar el propósito de la entrevista.
  • Observar cómo se comporta el paciente cuando se siente ansioso.
  • Promover la empatía y el rapport.
  • Ser claro, directo y honesto.
  • Establecer la confianza para ir construyendo la alianza de trabajo.

Apertura

La apertura comienza cuando el entrevistador pregunta sobre el motivo de entrevista del adolescente y termina cuando ya se determinó el foco de la entrevista, teniendo preguntas específicas sobre temas específicos.

La apertura es una fase no directiva que dura de 5 a 8 minutos. Se emplean habilidades de escucha y técnicas no directivas para que el paciente se sienta libre de expresarse. Se trata de que el adolescente se sienta cómodo de contar su historia.

La frase con la que se abre la entrevista indaga por qué ese adolescente buscó o lo enviaron al profesional en ese momento de su vida. Una frase de apertura conveniente sería: “Dime, qué te trae a buscar ayuda profesional en este momento de tu vida”.

Otras formas de abrir la entrevista son:

  • Háblame de ti, de tu situación o de lo que tú creas que es importante que yo sepa.
  • ¿Cuáles son los conflictos estresantes con los que has estado lidiando recientemente?

Estas frases de apertura permiten que el adolescente hable libremente sobre las preocupaciones que lo han llevado a buscar ayuda profesional.

Entre los motivos más comunes por los que el adolescente esta en terapia se encuentran los siguientes:

  • Dificultad en el manejo de la agresión.
  • Cambios de humor, irritabilidad o patrones de conducta agresiva.
  • Síntomas depresivos (reconocidos por los padres o maestros).
  • Bajo rendimiento escolar.
  • Comportamiento oposicionista o desafiante hacia figuras de autoridad.
  • Desórdenes de la alimentación
  • Algún tipo de experiencia traumática (violación, divorcio, muerte de un familiar o conocido cercano, secuestro, entre otros).
  • Ideación o intentos suicidas.
  • Duelos no resueltos (reconocidos por los padres o maestros).
  • Abuso de alcohol o drogas.
  • Problemas de identidad sexual o confusión de rol de género.
  • Enfermedades psicosomáticas.

Cada situación es única. Se debe escuchar al adolescente cuando inicialmente se buscan los motivos de consulta. Sin embargo, es muy frecuente que respondan diciendo: “Mi mamá quiere que venga porque me porto mal” “No sé” “Es que odio a mi maestra y no hago la tarea” “Mis padres no me entienden y ellos creen que yo tengo un problema” o “Vengo a que me compongas.”

Algunas recomendaciones para la apertura pueden ser:

  • Seguir trabajando el rapport
  • Enfocarse en los problemas y visión de vida del sujeto.
  • Ayudar a que el entrevistado adopte un marco de referencia interno en donde asuma la responsabilidad sobre sus problemas.
  • Determinar si el adolescente tiene realmente conciencia de enfermedad o no la tiene; y si toma o no responsabilidad sobre sus problemas.

Cuerpo

Después de conocer la versión consciente del motivo de la entrevista, se da paso a la fase del cuerpo de la entrevista en donde el entrevistador tiene que tener preparados algunos elementos adecuados a la edad del entrevistado que va a atender.

El cuerpo de la entrevista dura entre 20 y 25 minutos.

Algunas recomendaciones para el cuerpo de la entrevista pueden ser:

  • Se hace la transición de escucha no directiva a escucha directiva.
  • Se hacen preguntas abiertas y cerradas.
  • Se realiza un diagnóstico tentativo.
  • Se determina si la conducta es desadaptada, si interfiere en el funcionamiento ocupacional, interpersonal, social o físico.
  • Se pregunta más acerca de los síntomas, se reúne información.
  • Se termina de reunir información y se prepara el cierre.

En esta fase todas las preguntas van alrededor de los síntomas que presenta el paciente y el motivo de consulta. En este momento, se debe explicar el contrato.

Cierre

Se recomienda resumir entre 5 y 10 minutos lo que se revisó  y dar una retroalimentación positiva por haber participado en la entrevista, así se irá construyendo una alianza de trabajo.

Aun con entrevistados oposicionistas o poco cooperativos, es recomendable decir algo así como: “Sé que no fue idea suya (tuya) venir y entiendo que te sientas molesto, pero vamos a tratar de encontrar formas de que no se te haga tan difícil acudir y de que puedas aprovechar el tiempo”.

Algunas recomendaciones para la fase de cierre pueden ser:

  • Resumir con claridad el entendimiento de las áreas conflictivas.
  • Preguntar y ayudar a formular en palabras cómo le gustaría mejorar su vida a través de las entrevistas.
  • Hacer conexiones entre los problemas y formas de trabajo futuras y citas próximas
  • Si no se ha aclarado el tema de la confidencialidad y sus límites, es momento de hacerlo.

Terminación

La terminación es una oportunidad crucial para evaluar la motivación del entrevistado para iniciar tratamiento. La terminación debe durar entre 5 y 8 minutos.

Algunas recomendaciones para la terminación pueden ser:

  • Ver el reloj y avisar que se está acabando el tiempo, que quedan diez minutos.
  • Se emplea una terminación cálida y profesional, con una frase cómoda y motivante.
  • Se observan los comentarios del paciente al salir.
  • Se guía y controla la terminación.
  • Se despide de manera profesional y cálida.
  • Se debe observar y empatizar con la forma de sentir y actuar del sujeto al despedirse.
  • Se sugiere mantenerse, en lo posible, dentro de los límites del tiempo.

El lugar de la entrevista

Para empezar se requiere un cuarto no muy grande para realizar la entrevista, el mismo debe crear un ambiente que pueda dar privacidad y en el que haya poca probabilidad de interrupciones y distractores. La privacidad y la intimidad dan libertad de expresión. El lugar de la entrevista debe proporcionar dicho sentido de intimidad tanto en el sentido de que se disminuyan los sonidos externos, así como que exista, si es posible, una salida privada.

Pocos adolescentes suelen contarle sus intimidades y sus dolores a un adulto de manera espontánea. Por esta razón, al entrevistar a un adolescente, el entrevistador no debe interponer en el lugar o consultorio un escritorio grande, ya que puede crear una barrera entre el terapeuta-adolescente.

El consultorio es una extensión del sí mismo profesional. En la entrevista el propósito principal es favorecer la confianza del adolescente y que sienta esperanza de que se le podrá ayudar a través de esa entrevista y las sucesivas.

Los arreglos físicos que ayudan al rapport

Construir el rapport, que implica lograr un clima emocional óptimo para la entrevista y ayudar así a que el entrevistado hable con libertad, aunque nada más sea para diagnóstico.

También se busca construir el rapport, el cual implica el logro de la distancia emocional óptima entre entrevistador y entrevistado, lo cual permite al adolescente ligarse a la persona del entrevistador para ser ayudado, además de que implica lograr un clima emocional óptimo para la entrevista y ayudar así a que el entrevistado hable con libertad, aunque nada más sea para diagnóstico.

Las interrupciones durante la entrevista

Las interrupciones no deben tolerarse en la entrevista pues pueden destruir ese rapport que ha llevado mucho tiempo y esfuerzo construir. Se recomienda evitar tomar llamadas y, si se tiene una grabadora, se debe bajar el volumen por si alguien decide dejar un mensaje de voz.

Con respecto a cerrar la puerta con llave, si bien es cierto que hacerlo previene de una interrupción abrupta y le hace sentir al adolescente que sus padres no podrán entrar de manera alguna, para algunos entrevistados puede generar angustia o desconfianza innecesaria como si algo malo fuera a suceder dentro del consultorio, por lo que es preferible tener cerraduras que puedan abrirse por dentro con facilidad, pero no por fuera.

Respecto a las interrupciones, hay unas que son breves e inadvertidas y hay otras que son necesarias y que se pueden resolver en pocos minutos. En estos casos es necesario avisar que se va a interrumpir y luego se retoma y continúa la entrevista. Solamente en casos en que se trate de una emergencia personal o profesional que requiera una interrupción de la entrevista, se le avisa al adolescente que se tiene que salir de improviso, se termina y se programa una nueva cita la cual no se cobrará (si la actual ya se pagó). “Tengo una urgencia, un asunto, que atender y que no puede esperar. Vamos a reprogramar esta cita. Disculpa la molestia que esto te pueda generar”.

Ante las interrupciones el entrevistador debe, ante todo:

  1. Mantenerse tranquilo, en calma y mostrar su habilidad para resolver problemas.
  2. Disculparse por la interrupción.
  3. Compensar el tiempo perdido al adolescente a causa de la interrupción.

Sin embargo, es esencial que cuide de guardar sus notas (si es que las toma) si sale, para que el adolescente no las pueda leer mientras el entrevistador regresa.

La importancia del asiento durante una entrevista a un adolescente

¿Cómo se deben sentar las dos personas involucradas en la entrevista? Puede ser cara a cara o con un acomodo de un ángulo de 90°, para darles a los entrevistadores y al adolescente la opción de poder mirar hacia otro lado sin sentirse incómodos.

En general, el acomodo de 90° es seguro y conservador. Algunos adolescentes pueden preferir un ángulo mayor para poder ver directamente al entrevistador.

Tipos de adolescentes ante una entrevista

Este es un modo humorístico de analizar los datos y situaciones que se deben tomar en cuenta y observar la llegada del adolescente al sitio de la entrevista.

  • El adolescente paranoide: Si hay varias sillas, elige el asiento más lejos del entrevistador se sienta con la espalda contra la pared y cerca de la puerta. Así controla con su visión el espacio, sin tener a nadie atrás. A veces se moverá en el asiento. Si sólo hay dos sillas, tratará de sentarse en la que tenga mejor dominio del lugar.
  • El adolescente dependiente: Llegará preguntando dónde sentarse aunque sólo haya una silla; preguntará si ya se puede sentar y dónde puede poner su mochila, bolso, chaqueta…
  • El adolescente ansioso: Estará moviéndose constantemente, sacudirá los pies, sus piernas las cruzará y descruzará, se comerá las uñas, se cambiará de lugar.
  • El adolescente depresivo: Suele sentarse en el lugar más incómodo de la manera más incómoda. Incluso si no hay un lugar incómodo el adolescente lo construye poniendo sus cosas primero y dejando un espacio muy pequeño para sentarse.
  • El adolescente alcohólico: Se sentará lejos del entrevistador para que éste no pueda percibir su aliento a alcohol.
  • El adolescente oposicionista o psicópata: Preguntará en qué silla se sienta el entrevistador para sentarse en ella. Buscan hacer lo contrario y no seguir límites.

Referencias

  • Nahoul Serio, Vanessa “Técnica de la entrevista con adolescentes” integrando modelos psicológicos. 1a edición. Editorial Brujas, Córdoba, Argentina. 2014. Pág. 27 y Pág. 99.