Si me permites un momento quisiera transportarte a través del tiempo y llevarte justo en el momento en el que escuchaste la historia infantil de la bella durmiente que permanece así:
Había una vez dos reyes esperaban con alegría el nacimiento de su primera hija, tenían pensando llamarla Aurora. Para celebrarlo, organizaron una fiesta a la que invitaron a todos los habitantes del reino. Así también llegaron las tres hadas que traían un regalo cada una para la hija de los reyes. El hada flora fue la encargada de darle la belleza, el hada fauna le dio la dulce voz, pero olvidaron invitar a la malvada bruja maléfica que, enfurecida, lanzó un terrible hechizo sobre la princesa: el día de su décimo sexto cumpleaños, se pincharía con el uso de una rueca y moriría. El hada primavera como aún no le había dado ningún regalo le dio el mejor de todos, romper el maleficio: no morirá, permanecerá dormida hasta que un valiente príncipe la bese y con el beso despertara.
Ahora regresemos a nuestra realidad. Y empezare a analizar y relacionar este cuento infantil con algunas conductas patológicas de mujeres hoy en día, en especial de las mujeres que aman demasiado.
La rebelión de la bella durmiente
Le di este título al artículo porque en el cuento infantil de la bella durmiente, la mujer es quien espera por su salvador, un príncipe valiente que le da un beso y rompe el hechizo, luego el príncipe y la princesa se casan y viven felices para siempre. Sin embargo, en la vida real el cuento es totalmente lo contrario, en algunos casos.
Desde temprana edad los cuentos infantiles impregnaron en la mente de las mujeres que debían esperar a su príncipe azul para que fueran felices para siempre. Aunque muchos digan que solo es un cuento infantil, tiene una fuerte influencia en las culturas.
Hoy en día son pocas las mujeres que esperan a su príncipe, otras lo buscan obsesivamente, a otras les da igual, otras odian al príncipe, otras sufren por él, pero hay un tipo de mujeres que intentan despertar con un beso al príncipe, ellas no esperan que el príncipe de un beso, ellas besan al príncipe y si es necesario se entregan por completo con tal de que el príncipe les corresponda, este tipo de mujeres creen que tener buen sexo significa amar al otro y que si no existe un buen sexo la relación está mal. Si estas mujeres son las que aman demasiado.
Pero esto no es todo. Estas princesas que aman demasiado sienten una fuerte dificultad para explicarle a su familia o amigos cómo alguien que no es particularmente admirable, ni siquiera muy agradable puede despertar en ella un estremecimiento de deseo y una intensidad jamás igualada por lo que sentiría por alguien agradable o más presentable.
En el cuento de la bella durmiente ella espera por el amor de su vida, pero en la vida real estas princesas que aman demasiado a menudo creen que el hombre con el que están nunca ha sido amado, ni por sus padres ni por sus anteriores esposas o novias y que necesita mucho amor.
Ella despierta de su sueño pensando que su príncipe está dañado y, de inmediato, asume la tarea de compensar todo lo que le ha faltado en su vida desde mucho tiempo antes de que lo conociera.
En la vida de las mujeres que aman demasiado la trama de la bella durmiente se vuelve un papel invertido, por eso llame “La rebelión de la bella durmiente” a este artículo. Por rebelión me refiero a esa necesidad patológica de querer cambiar al otro, de querer darle amor y entregarle todo lo que nunca recibió.
En el cuento, el príncipe con tenia el papel de liberar a la bella durmiente. En la vida real, este papel se invierte y es la mujer que ama demasiado quien intenta liberar a ese príncipe de lo que ella considera su cautiverio.
En la rebelión de la bella durmiente, la mujer que ama demasiado tiene la necesidad de ayudar al hombre a controlar su ira o su depresión, su crueldad o su indiferencia, su deshonestidad o su adicción, como señales que no lo han amado lo suficiente y de alguna manera quiere salvarlo mediante “el poder de su amor”.
El sexo es una de las formas más comunes de darle amor. Por lo tanto, cada encuentro sexual lleva involucrada toda una lucha por querer cambiar a ese príncipe que no ha sido amado. Con cada beso, cada caricia la mujer que ama demasiado trata de comunicarle lo especial que es a través de entregarse por completo.
Para una mujer que vive una relación infeliz, el acto sexual puede ser el único aspecto gratificante de la relación y la única manera efectiva de relacionarse con el otro.
Referencia: Norwood, Robin. “Las mujeres que aman demasiado” Ediciones B, S.A.10ma. Reimpresión. Barcelona, España. 2006. Pág. 66