Existen quejas frecuentes o motivos de consulta de los padres que llevan a sus hijos a consulta que tienden a ser los mismos en muchos casos, pero que sean los mismos no significa que pueda trabajarse de la misma manera.
Para poder hacer una evaluación completa acerca del motivo de consulta, el psicoterapeuta infantil debe conocer las herramientas básicas, como la diversidad de pruebas psicológicas que existen en la actualidad desde las proyectivas hasta las neuropsicológicas: además de las técnicas de juego, necesita saber entrevistar y empatizar con el niño. Pero, el principal reto es comprender y atender al niño en forma realmente ética, esto es lo complicado ya que a los padres y a la sociedad en general se les dificulta entender que el niño es una persona, no es un objeto a través del cual los padres o cuidadores van a satisfacer sus deseos.
En muchas ocasiones los psicólogos se encuentran con un padre que quiere de buena gana darle al niño todo lo que él no tuvo, aunque el niño no lo quiera. Tiene que estar en una escuela bilingüe porque al padre le ha traído muchas dificultades no haber aprendido inglés de pequeño, o practicar un deporte, o un pasatiempo que no le interesa al niño, o verse presionado a obtener sólo 9 y 10 de calificación en la escuela. En una consulta un niño comentó respecto a cuán estrictos eran sus padres:
Joel
en mi casa si yo me saco un 8 es una tragedia, en cambio en casa de algunos de mis amigos es una fiesta.
Lo más difícil es, sin perder al niño como foco de la terapia, ayudar también a los padres, no sólo a entenderlo sino también a entenderse y no culpabilizarse o angustiarse de manera innecesaria.
Quejas frecuentes de los padres que llevan a sus hijos a consulta
Uno de los problemas más recurrentes por los que los niños son remitidos a terapia es por depresión. Sin embargo, aunque el niño llegue remitido por depresión, no necesariamente esto es cierto ya que si logramos indagar en el origen de los trastornos depresivos en niños lograremos llegar a conocer que el trastorno depresivo infantil también está vinculado a:
- Factores genéticos, por ejemplo el que los padres hayan padecido depresión
- El funcionamiento familiar inadecuado u hostilidad parental hacia el niño (con cierta frecuencia los niños deprimidos fueron no deseados)
- Eventos estresantes, abuso físico o sexual, pleitos familiares constantes
- Procesos bioquímicos como hipoactividad de los neurotransmisores, de los monoaminoácidos
- Anormalidades endócrinas como problemas con las hormonas tiroideas, la prolactina y niveles de cortisol altos
- Procesos cognitivos como diversos déficit cognitivos o distorsiones que dan prioridad a los sucesos negativos. Aunque no queda claro si éstos déficit son una causa o consecuencia de la depresión
Para el psicoterapeuta infantil, además de establecer el diagnóstico y conocer las causas de estos problemas, es importante la posibilidad y proceso de tratamiento de los mismos.
Otra de las quejas frecuentes de los padres que llevan a sus hijos a consulta es su mal comportamiento, rebeldía o agresión, en diferentes ambientes como el familiar, escolar y social.
La presencia de ansiedad en los niños es un motivo que también que lleva a los padres a buscar ayuda y en algunos casos a los niños que indican malestares como taquicardia y sudoración de manos. La ansiedad y los miedos son fenómenos universales que forman parte del desarrollo humano. La ansiedad cumple una función activadora que facilita la capacidad de respuesta del individuo ante los peligros. Es difícil establecer los límites entre la conducta normal y patológica en el caso de la ansiedad, dado que muchas ansiedades infantiles no sólo son comunes sino que tienen una función adaptativa en el desarrollo humano.
Existen situaciones que con frecuencia provocan miedo en los niños en las diferentes etapas de su desarrollo y que no constituyen ni síntomas ni problemas, a menos que se conviertan en excesivos como:
- Miedo a las personas extrañas, miedo de los objetos que surgen súbita e inesperadamente (7-12 meses)
- Separación de los padres (1 año)
- Multitud de situaciones que incluyen ruidos fuertes (aspiradoras, sirenas, alarmas, camiones, tormentas, entre otros), animales (p. ej., perros grandes), una habitación obscura, separación de los padres, objetos o máquinas grandes, y cambios en el entorno personal (2 años)
- Seres sobrenaturales (fantasmas, brujas), lesiones corporales, truenos y relámpagos, obscuridad, dormir o estar solos, separación de los padres (6 años)
- Seres sobrenaturales, obscuridad, miedos basados en sucesos reportados en los medios de comunicación, estar solos, lesiones corporales (7-8 años).
- Exámenes escolares, rendimiento académico, lesiones corporales, aspecto físico, truenos, relámpagos y muerte (9-12 años).
La determinación de ansiedad y temores infantiles se basó por largo tiempo en escalas y entrevistas que preguntaban acerca de una multitud de miedos y preocupaciones. En últimas fechas el énfasis se ha desplazado hacia el estudio de grupos diagnósticos que reflejen de manera explícita los criterios clínicos.
Los profesionales de la salud mental reconocen que poder responder en forma adecuada a las necesidades de los pacientes no se logra sólo con una perspectiva multicultural. Entender los principios de equidad social es esencial para poder ayudar al paciente a desarrollar sus potenciales en sentido amplio, aún más en psicoterapia infantil.
Referencia: Emilia Lucio Gómez Maqueo, Cristina Heredia y Ancona. “Psicopatología : riesgo y tratamiento de los problemas infantiles” 1ª edición. – México, UNAM. Editorial El Manual Moderno, 2014. Pág. 49