Las evaluaciones para niños autistas siempre se orientan para un diagnóstico de este trastorno con el objetivo de brindar un tratamiento adecuado para cada niño. Actualmente la tasa de niños con autismo alrededor del mundo es muy alta, por lo mismo se necesita de profesionales preparados para brindar evaluaciones certeras de este trastorno.
Evaluaciones para niños autistas
La evaluación para niños autistas conlleva una serie de procesos, entre los procesos que se siguen para la evaluación son los siguientes: 1) condiciones médicas tratables, 2) condiciones que eventualmente producen síntomas sugerentes de un trastorno generalizado del desarrollo, y 3) condiciones con implicaciones importantes para la familia. Aunque lo ideal es que evaluación sea realizada como a continuación se indica:
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Evaluación médica inicial y subsecuente
Debe realizarse la historia clínica médica paralelamente a la exploración física. Para esto, el psicólogo debe contar con los conocimientos necesarios acerca de las condiciones asociadas con cada uno de los trastornos generalizados del desarrollo que guíen la exploración física, así como los estudios de laboratorio. Es importante prestar atención a la historia inmunológica, alergias, y respuesta inusual a medicamentos.
También deben realizarse estudios de laboratorio de rutina e incluir niveles de plomo, en vista de que la alta incidencia de Pica en estos pacientes aumenta el riesgo de intoxicación por plomo.
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Evaluación audiológica y visual
La sospecha de hipoacusia (disminución de la capacidad auditiva) se encuentra presente prácticamente en todos los casos de los trastornos del espectro autista. Es usual encontrar cuadros infecciosos en oídos, así como infecciones crónicas que pasan inadvertidas porque los pacientes no los refieren. A pesar de que el estudio de inicio se realice con audiometría, es necesario contar con los potenciales evocados auditivos de tallo cerebral en caso de que los resultados de la audiometría no hayan sido definitivos. El mismo procedimiento debe realizarse en la evaluación visual.
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Evaluación neurológica
La frecuencia de trastornos epilépticos en esta población es alta, situación que requiere de la exploración de todos los síntomas sugerentes de cualquier tipo de epilepsia. Además es necesaria una minuciosa revisión del estado neurológico con los pacientes y sus padres. En caso de síntomas sugerentes de trastorno epiléptico, deben realizarse los estudios pertinentes y el seguimiento neurológico indicado. Este seguimiento también se justifica en vista de que muchos pacientes con alguno de estos trastornos desarrollan crisis epilépticas en la adolescencia a pesar de que estudios electroencefalográficos anteriores hayan resultado normales.
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Evaluación por medio de estudios de laboratorio
No existen pruebas de laboratorio específicas para pacientes con trastornos del espectro autista. Sin embargo, estudios específicos para buscar condiciones asociadas se justifican tanto por la historia como por la presentación clínica. La prueba para detectar síndrome X frágil frecuentemente se indica dada la asociación aparente de éste con el trastorno autista, al igual que la evaluación con la lámpara de Wood como una de las herramientas para descartar esclerosis tuberosa.
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Servicios interconsultantes
Frecuentemente evaluaciones de otras especialidades médicas son requeridas, y se justifican por la historia clínica y la exploración física. Desde la perspectiva de la terapéutica médica, es indispensable el seguimiento cercano por parte de diversas disciplinas médicas: pediatría, neurología, ortopedia, genética, gastroenterología, cardiología, endocrinología, nutriología, inmunología, odontología, otorrinolaringología, ginecología, entre otras.
Un diagnóstico en realidad siempre es sólo el punto de partida. Idealmente, los resultados de la evaluación deben arrojar los datos siguientes: el diagnóstico, el diagnóstico diferencial, el nivel de funcionamiento de desempeño específico en cada área del desarrollo, el nivel de funcionamiento de desempeño del desarrollo general, el estado de salud específico en cada aspecto médico, el estado de salud general, y los abordajes terapéuticos recomendados. De esta forma se genera un plan de tratamiento y el plan educativo individualizado.
Referencia: Campos Paredes, Carolina. “Trastornos del espectro autista” Editorial El Manual Moderno. México. 2007.Pág 51.