La elaboración del DSM-V es la quinta versión del Manual Diagnostico y Estadístico de los trastornos mentales que ha sido un proyecto que ha involucrado a cientos de personas trabajando hacia un objetivo común a lo largo de 12 años. El proyecto ha supuesto mucha reflexión y deliberación para evaluar los criterios diagnósticos, teniendo en cuenta la organización de cada aspecto del manual y creando nuevas características que se estimaron más útiles para los clínicos.
Fiabilidad Diagnostica
La fiabilidad diagnostica es esencial para orientar las recomendaciones terapéuticas, identificar las tasas de prevalencia para poder planificar los servicios de salud mental, seleccionar los grupos de pacientes para la investigación clínica y posteriormente documentar la información importante relativa a la salud pública, como las tasas de morbilidad y mortalidad.
Breve historia
La APA publicó en 1844 un predecesor del DSM, una clasificación estadística de los pacientes mentales institucionalizados. Se diseñó para mejorar la comunicación sobre los tipos de pacientes atendidos en los hospitales. Este precursor del DSM también se utilizó como parte del censo completo de Estados Unidos. Después de la II Guerra Mundial, el DSM evolucionó a lo largo de cuatro ediciones hacia un sistema de clasificación de diagnósticos, dirigido a psiquiatras, otros médicos y otros profesionales de la salud mental, que describía las características esenciales de todos los trastornos mentales. La edición actual, el DSM-V se ha construido con el objetivo de sus predecesores (el más reciente el DSM-IV-TR) el proporcionar directrices diagnosticas capaces de fundamentar las decisiones terapéuticas y asistenciales.
Por otro lado, aunque el DSM ha sido una piedra angular en el progreso de la fiabilidad de los diagnósticos de los trastornos mentales, tanto la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) como la comunidad científica que trabaja con trastornos mentales han reconocido que en el pasado la ciencia no estaba lo suficientemente madura como para conseguir diagnósticos completamente validados y que, por tanto, era incapaz de proporcionar validadores científicos sistemáticos, sólidos y objetivos para cada trastorno individual del DSM. La ciencia de los trastornos mentales continúa evolucionando. Sin embargo, en las últimas dos décadas, desde que el DMS-IV fue publicado, se ha producido un progreso real y duradero en áreas como la neurociencia cognitiva, las neuroimagenes cerebrales, la epidemiologia y la genética.
El comité organizador del DSM-V que ha supervisado la nueva edición ha reconocido que los avances de la investigación harán necesarios cambios minuciosos repetidas veces si el DSM quiere conservar su lugar como clasificación de referencia de los trastornos mentales.
Muchos grupos de profesionales de la salud y la educación se han involucrado en el desarrollo y el examen del DSM-V, incluidos médicos, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros, terapeutas, epidemiólogos, estadísticos, neurocientificos y neuropsicologos.
Por último, también se han tomado parte en la revisión los DSM-V pacientes, familiares, abogados, organizaciones de consumidores y asociaciones de defensa de los pacientes, que han realizado comentarios sobre los trastornos mentales descritos en la quinta edición del DSM.