Psicología contemporánea
Cuando empecé a estudiar psicología hace más de 5 años todo mundo me preguntaba del porque decidí estudiar psicología. Al ser una pregunta muy recurrente: ¿Por qué estudiaste psicología? Me llevo a más preguntas y ahora mismo tengo en mente una que es: ¿Qué es lo que motiva a una persona para abrazar la profesión de terapeuta, o para dedicar seis años de su vida a estudiar psicología?
La respuesta es que a menudo las personas estudian psicología por tratar de sanar sus propias heridas, claro no se da todos los casos pero sí en un buen número de estudiantes de psicología. A veces también existen heridas de sus familiares más próximos las llevan, consciente o inconscientemente, a emprender este camino.
La vocación siempre tiene que ver con uno mismo. Por eso, Carl Gustav Jung habló ya del sanador herido. Porque son precisamente las propias heridas las que hacen que una persona sea sensible al sufrimiento del otro. Por eso es importante que el terapeuta comprenda y sane sus propias heridas.
El camino del terapeuta va adquiriendo una comprensión cada vez más profunda no solo de sí mismo sino del ser humano y con el tiempo se desarrolla un corazón compasivo en el terapeuta lo que hace que logre tener empatía con sus pacientes.
En lo particular, ahora que me veo como terapeuta solo puedo decir que mi profesión es una de las mejores aparte es la única profesión en donde el cliente no tiene la razón. Pero es también extraordinariamente exigente y requiere mucho de mí. Porque para poder contribuir a la sanación de otro tengo que haber labrado y preparado mi campo en profundidad, es decir que el terapeuta debe conocerse así mismo. Solo entonces da fruto para ser labrado y preparado de nuevo.
Con esto no trato de decir que uno tenga que acudir constantemente a una terapia individual. Y tampoco significa que no pueda empezar la actividad terapéutica hasta que haya ordenado por completo su propia casa. Se trata más bien de tener la disposición de conocerse a sí mismo cada vez más y de hacer todo lo necesario en su camino para llegar a estar sano e íntegro.
El mejor maestro del terapeuta
Nuestros mejores maestros son nuestros pacientes. En el trato con ellos nos experimentamos a nosotros mismos. En este sentido deseo a cada terapeuta que tenga al menos un paciente difícil. De esta manera se muestran inevitablemente nuestras carencias de conocimientos teóricos, igual que los temas personales que no hemos resuelto y las heridas de nuestra vida que no hemos curado. Por supuesto, hablo de la transferencia y la contratransferencia que es un terreno muy investigado en psicología, y con razón se le atribuye una gran importancia.
Por ejemplo: sí un paciente que habla continuamente y es incapaz de escuchar puede encolerizar a un terapeuta. Y esto sucede sobre todo si el terapeuta tuvo en la infancia la experiencia de que su madre hablaba continuamente, pero sin interesarse por él. El enfado interior, que puede emerger en contacto con el paciente, probablemente está en realidad dirigido contra su propia madre. En psicología a esto se le llama contratransferencia.
Explique que las personas estudian psicología (en su mayoría) por querer sanar su ser interior, pero claro existen más razones que llevan a alguien a estudiar psicología tales como un trastorno de un hermano y/o familiar (TEA, Asperger, TOC, THDA, Síndrome de Down, entre otros). ¿Y tú… porque estudiaste psicología?