El terapeuta infantil que ha decidido dedicar su trabajo al diagnóstico de problemas emocionales y al apoyo terapéutico de la población infantil debe comprender que se enfrentará a retos muy importantes y en ocasiones complicados, que le involucrarán a él y a sus pacientes; pero también saber que este tipo de actividades le proporcionará grandes satisfacciones.
Para trabajar con los niños es importante que el terapeuta infantil tenga una sólida formación profesional en Psicología y haya pasado por un proceso de revisión e introspección sobre sí mismo; esto es, el propio tratamiento psicoterapéutico, la práctica y supervisión constante de su quehacer profesional. Además de cubrir un perfil determinado para trabajar con niños, adolescentes y los adultos padres o cuidadores principales del menor.
Las características generales que debe cubrir un psicoterapeuta para ejercer de manera plena su profesión son las siguientes:
• Razonamiento abstracto, que le permitirá entender el discurso del paciente o cliente, ordenarlo y formular hipótesis de trabajo acerca del enfoque terapéutico que debe seguir
• Preparación formal e intensa. La formación académica y didáctica será importante para adquirir los conocimientos básicos que le permitirán al terapeuta realizar diagnósticos y hacer propuestas de intervención terapéutica de acuerdo a la problemática detectada. La terapia personal ayudará al profesional en psicoterapia infantil a trabajar en sus propias áreas de conflicto, para que éstas no intervengan en la comprensión del problema, ni en el proceso terapéutico del paciente.
Finalmente con la supervisión constante, el terapeuta infantil podrá trabajar con un experto en el área que le compete para compartir experiencias, inquietudes, propuestas, errores y de esta manera le ayude a guiarlo y capacitarlo para su mejor desempeño profesional
• Valores humanísticos, sociales y teoréticos, contribuirán a que el terapeuta tenga un sincero interés por el hombre mismo y así ejercer una profesión netamente humana. Que sea un filántropo por excelencia
• Estabilidad emocional, que estará basada en un sentido de autoestima alto, relaciones significativas satisfactorias, especialmente en el ámbito familiar y social; un sentido de vida y un proyecto fundamental de vida que le brinde orden y seguridad. Esto hace que al paciente se le transmita un sentimiento de seguridad y que asimile algunos valores
• Identidad. La cual obtendrá al sentirse una persona única e irrepetible, pues sabe cuál es su propio estilo de hacer y ser en el mundo. Además el terapeuta infantil debe sentirse parte de un grupo, lo que logra cuando se da cuenta de que comparte con otro(s) un mismo idioma, experiencias, costumbres, formas de hacer y pensar y en general una manera muy similar de ver la vida
• Relaciones interpersonales. A través de las cuales podrá interactuar satisfactoriamente con quienes le rodean (familiares, compañeros de trabajo, pacientes, etc.) y ayudarlos a mejorar su calidad de vida, visualizar las opciones para su autorrealización, para aclarar la naturaleza de sus procesos psíquicos y normas de la vida. Para ello deberá considerar las experiencias de su relación con su entorno en diferentes etapas de la vida, mismas que han sido introyectadas en el Yo (símbolos, significados, estructuras mentales, valores, sentimientos, emociones, paradigmas, autoconcepto, autoestima y sobre todo códigos socioculturales) y constituyen la esencia de su self Axline (1975) menciona que además de las características anteriores, el psicoterapeuta infantil debe:
• Tener un entendimiento y un genuino interés en el niño
• Ser flexible y accesible en todo momento
• Tratar al niño con sencillez y honestidad
• Poseer sentido del humor y paciencia
• Mostrar interés y disposición para trabajar con los niños y todo aquello que constituye su entorno (padres, maestros, etc.)
• Debe ser un adulto amigable, digno de confianza
• No intentar marcar el proceso con sus juicios y prejuicios conduciendo el proceso hacia metas idiosincrásicas propias del terapeuta
Función del terapeuta dependiendo del marco teórico
Se requiere que el terapeuta sea flexible e inclusivo; esto es, que conozca diferentes aproximaciones teóricas y utilice con juicio crítico aquéllos principios y fundamentos que son pertinentes para el problema, sin mostrar una rigidez dogmática con respecto a las técnicas y teorías que en el tiempo han sido desarrolladas. El terapeuta infantil debe ser creativo e innovador, estar a la vanguardia y actualizarse de manera continua.
Importancia de la trasferencia y la contratrasferencia en la psicoterapia infantil
En el trabajo con niños, el terapeuta infantil necesariamente revive su propia infancia, (niñez que está reprimida), lo cual hace que este trabajo sea más complicado que el realizado con los adultos, pues puede ser que sin darse cuenta el profesional trate de darle al niño lo que a él no le dieron sus padres, o lo que hubiera querido que le dieran.
Podría ser también que por diversas razones el profesional, se convierta en cómplice de los padres y comprometa al niño en un tratamiento que no es necesario, ya sea por razones contratrasferenciales o por necesidades económicas o de prestigio.
En otras situaciones puede suceder que se convierta involuntariamente en juez de los padres, cosa que a veces ellos temen y ven confirmada. Es importante que el terapeuta evite jugar este papel, pues no tiene derecho de juzgar a los padres, quienes también reviven la propia infancia con sus hijos, por lo que aunque no quieran ser como sus progenitores, a veces se descubren actuando exactamente como ellos.
Cuando se trabaja en psicoterapia, no debe olvidarse que el quehacer es fundamentalmente con las emociones, tanto del paciente o pacientes como las propias que siempre se pondrán en juego; por lo que es menester estar siempre atentos, tanto con la escucha de las emociones del paciente, como con las propias que inevitablemente intervienen en todo proceso de relación, y más aún cuando se trata de un vínculo tan estrecho, donde el paciente pone de manifiesto, sus propios procesos internos.
Por lo anterior, el trabajo en psicoterapia infantil siempre implica que el profesional que la ejerza tenga una actitud ética y responsable.
Referencia: Fayne Esquivel y Ancona “Psicoterapia infantil con juego casos clínicos” Desarrollo emocional y psicopatología infantil. Manual Moderno. México, México. Págs. 265