Sinopsis:
La psicoterapia es un arte del que se aprende cada día. Existe una leve diferencia entre la psicoterapia infantil con la de un adulto, los niños suelen ser muy sinceros en sus juicios y sus proyecciones a diferencia de los adultos que suelen ser cerrados y suelen negar que están mal.
La técnica terapéutica puede variar dependiendo del paciente, por lo que en mi experiencia he conocido que un terapeuta debe de conocer diversos métodos terapéuticos para abordar la terapia con el paciente, esto como consecuencia de que cada paciente es distinto. La técnica que se utilice con un paciente siempre debe de ser acorde a las necesidades del paciente, no a lo que el terapeuta prefiera. Es así como el paciente se familiariza con la técnica terapéutica y logra encontrar rasgos de sí mismo mediante avanza la terapia. Toda interpretación que el terapeuta realice en el proceso debe de ofrecerse de una manera útil para el paciente, de manera que aumente el conocimiento de sí mismo y de la problemática en la que se encuentre.
En terapia infantil, he conocido que ningún niño desea convertirse en alguien emocionalmente perturbado, y si lo ha hecho, es por razones que él no comprende en realidad y sobre las cuales no tiene un dominio. En ocasiones los niños suelen resistirse a ser emocionalmente perturbados sin embargo el conflicto o problema sucede muchas veces o de manera frecuente, que al final hace al niño vulnerable.
Desarrollo:
El terapeuta infantil recibe menos gratificación de su trabajo ya que a diferencia del trabajo del adulto el niño no suele dar gracias por la terapia y hasta en ocasiones suele prestarle poca importancia a su tratamiento. Los principios para psicoterapia infantil requieren de un conocimiento de cuatros aspectos relevantes que son: (basado en terapia de juego)
1. La conducta y juegos del niño
2. Resistencias y defensas
3. Transferencia
4. Interpretaciones
1. La conducta y juegos del niño
Durante las primeras sesiones con el niño es importante que el terapeuta utilice el juego para mejorar su conocimiento y noción de la personalidad del niño. Durante estas sesiones debe hacer poca interpretación y adoptar una actitud cordial, interesada pero pasiva. Al principio de la terapia el terapeuta comunica al niño que ambos se reunirán a intervalos regulares y que se irán familiarizando mejor mediante los juegos y la conversación.
Algunos niños se sienten cómodos en una situación no estructurada en el cuarto de juegos y proceden a jugar, dibujar y efectuar actividades dentro de la sala de juego. Cada niño empezara de manera distinta, algunos jugaran en la caja de arena, otros jugaran muñecas o títeres, la casa de familia, pinturas, plastilinas, entre otros, pero lo más importante es saber porque el niño elige el primer juego ya que en esto se estructura de la personalidad del niño.
La edad juega un papel importante, mientras el niño sea de menor edad, la terapia se centrara en el juego ya que si tiene 6-7 años el niño aún no tiene un pensamiento concreto para explicar la problemática que vive, más bien la proyecta a través del juego, pinturas o dibujo. Los elementos de juego que elige el niño proporcionan valiosos conocimientos sobre su personalidad. Un niño podrá elegir siempre materiales y juegos que están muy por debajo de su edad cronológica. Otros elegirán con insistencia juegos de armas agresivas. Otro hará repetidamente dibujos de naturaleza impersonal revelando lo menos posible de sí mismo, es acá en donde entra la función interpretativa del terapeuta. Algunos niños utilizan el juego de damas para hablar lo menos posible con el terapeuta y para algunos sirve como una buena escenario para conversar.
2. Resistencias y defensas:
Todos sean niños o adultos, se resisten a aprender sobre su propio inconsciente, y todos utilizamos mecanismos de defensa que operan inconscientemente para impedir la aparición inoportuna de material inconsciente. El niño podrá racionalizar, proyectar, aislarse, identificarse con el agresor o utilizar cualquiera de los demás mecanismos de defensa.
Existen defensas que son conscientes y otras inconscientes, por ejemplo un niño podrá haber utilizado una complicada defensa de formación de reacción, de manera que siempre se muestra agradable y complaciente, a pesar de su hostilidad inconsciente. En otras palabras, el niño tratara de ser alguien amable cuando en realidad es un chico muy rebelde tratando de hacerle creer al terapeuta que es alguien pacifico cuando es lo contrario.
La psicoterapia es un proceso que consiste en superar resistencias y analizar poco a poco las defensas, de manera que los conflictos fundamentales surjan a la superficie. Cuando la resistencia de un niño se hace predominante, es necesario determinar por qué. Las resistencias pueden evidenciarse al inicio de la terapia o durante el transcurso, todo depende de las situaciones en las que rodea el terapeuta al niño. Si un niño sospecha que el terapeuta tiene particular interés en los sueños, aportara entonces tanto material soñado que poco tiempo quedara para llegar a comprender esos sueños. La niña podrá captar el interés del terapeuta en sus historias cuando juega con las muñecas, y procede entonces a elaborar historias tan múltiples y complejas que la resultante confusión logra desvirtuar la situación del tratamiento, en vez de servir para alcanzar conocimientos adicionales.
Un ejemplo de resistencia se produjo en un niño de diez años que al regresar a su casa después de una sesión terapéutica, dijo a sus padres que él y su psicólogo no hacían otra cosa que jugar y que no entendía la importancia que podía tener esta clase de actividad. Los padres del niño eran individuos rígidos que se habían convencido a medias de que su hijo necesitaba tratamiento, y esta descripción de las sesiones terapéuticas los convenciómás que nunca de que no había motivos para seguir adelante. Por fortuna el terapeuta consiguió conversar con los padres y aclarar la situación. Si el niño hubiese tenido éxito, habría puesto término al tratamiento explotando los sentimientos encontrados de sus padres.
3. Transferencia
La transferencia es un término psiquiátrico con el cual se designa la tendencia del paciente a transferir a su terapeuta algunos de sus sentimientos anteriores hacia sus padres y otras importantes figuras de su niñez. El niño no puede transferir todo su problema emocional a un terapeuta que solo ve de vezen cuando porque la mayoría de las relaciones deformadas permanecen dentro del hogar, centralizadas en sus propios padres. Y esto por lo general sucede cualquiera sea la personalidad del terapeuta o cualquiera sea la situación que se está tratando en particular.
Un paciente reacciona frente al terapeuta con hostilidad, mientras que otro lo hace con seducción y un tercero con miedo, todas estas reacciones dependen de lo que el niño transfiera al terapeuta. El tema de la transferencia en psicoterapia es vital, por lo general la transferencia negativa y la contratransferencia son las dos que dañan más el proceso terapéutico.
4. Interpretaciones
Las interpretaciones son las formulaciones que el terapeuta hace al paciente para explicar el significado inconsciente de las expresiones o la conducta de este. Son los comentarios que el terapeuta hace con el fin de mejorar el conocimiento de sí mismo en el paciente. Es esencial que las interpretaciones se hagan en el momento oportuno durante el curso del tratamiento, y también que se hagan de tal manera que resulten útiles y comprensibles para el paciente.
Las interpretaciones se realizan en el momento que corresponde y se basan en datos presentados por el paciente mismo. Cuanto más material se obtiene del paciente para confirmar sus intervenciones, mayor significado tendrán estas interpretaciones para el paciente. Mediante el juego, la conversación y su conducta en general, el niño ira revelando gradualmente elementos de su personalidad que antes no comprendía.
Es necesario que las interpretaciones que se hagan a un niño se expresen en lenguaje sencillo y sin elementos extraños o complicados. Siempre que sea posible, se deben emplear las mismas palabras que ha utilizado el niño. En tratamiento de niños no conviene hacer interpretaciones directas, más bien interpretaciones sencillas y fáciles de comprender.
Referencia:
Stuart Finch (1,986) “Fundamentos de Psiquiatría Infantil” Editorial Psique, Buenos Aires, Argentina, págs. 246-263