7 dimensiones del lenguaje y la comunicación

El lenguaje y la comunicación tienen 7 dimensiones que forman un proceso interactivo, de construcción y expresión del significado. Además de fomentar el aprendizaje el lenguaje se vuelve un uso funcional.

Las 7 dimensiones del lenguaje y la comunicación que se detallan a continuación se refieren a la expresión oral, la construcción del significado, la producción de textos, el conocimiento sobre el lenguaje, la motivación y la apropiación del lenguaje escrito que son las partes fundamentales en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

  1. Expresión oral

En primera instancia, el lenguaje y la comunicación radica en la “capacidad del estudiante” para elegir el tipo de discurso (informativo, narrativo, persuasivo, etc.) que corresponda a la intención comunicativa que el estudiante tenga respecto a los demás.

Todas las personas tienen diferente expresión oral. Sin embargo, esta se perfecciona la lectura, mientras un estudiante lea más, su léxico mejorara potencialmente.

  1. Construcción del significado de los textos

Todo estudiante necesitan relacionar sus conocimientos y experiencias previas con la nueva información que le aporta el texto e integrarla a sus esquemas cognitivos. La construcción del significado de los textos implica el empleo de variadas estrategias de procesamiento crítico de la información y una toma de conciencia sobre el significado y estilo del texto.

La construcción del significado del texto requiere poner en juego estrategias de pensamiento y dar respuestas personales que amplíen y profundicen la interpretación básica del texto, lo cual puede ser estimulado a través de una mediación adecuada.

  1. Producción de textos

Luego que el estudiante lea algún texto es recomendable que èl mismo produzca textos basándose en sus propios procesos comunicativos. Cuando un estudiante produce textos, esta plasmando sus ideales, genero y estilo. Su escritura debe incluir opiniones personales y abrir espacio para la reflexión. El mensaje debe ser claro para sus destinatarios y los aspectos formales o técnicos de la escritura, tales como ortografía, elección de palabras, puntuación, gramática y organización, deben ser apropiados al nivel de curso y al desarrollo individual de competencias lingüísticas y comunicativas.

  1. Conocimiento sobre el lenguaje escrito

Los estudiantes deben comprender que el lenguaje puede ser expresado a través de la lectura y la escritura, por ejemplo, los lectores y escritores efectivos conocen los diferentes propósitos y estructuras de los diversos géneros literarios y tipos de textos y manejan las estrategias que deben utilizar tanto al leerlos como al escribirlos.

  1. Apropiación del lenguaje escrito

Los buenos lectores muestran una alta motivación hacia el lenguaje escrito, desarrollan hábitos de lectura independiente, identifican sus libros y temas favoritos y monitorean sus propios progresos. En este sentido, ellos desarrollan «apropiación» de su lectura, lo cual se refleja en que se sienten orgullosos de su rendimiento y disfrutan de la lectura recreativa. El sentido de apropiación estimula hábitos permanentes de lectura y escritura y convierte a los estudiantes en usuarios del lenguaje, progresivamente competentes y selectivos.

  1. Colaboración o construcción social del significado

La lectura y la escritura no son siempre actividades privadas; ellas se perfeccionan cuando involucran discusión y cooperación, de manera que el significado pueda ser negociado y construido colaborativamente. Esta construcción social del significado es especialmente importante dentro de salas de clases que se constituyen en comunidades de aprendizaje donde los estudiantes realizan lecturas y escrituras compartidas, círculos literarios, revisan y reescriben sus escritos, presentan y comparten ideas y solucionan problemas.

  1. Relación con otras áreas del currículum

Hablar, escuchar, leer y escribir son actividades que se infunden en todas las áreas curriculares. Es importante entonces que los estudiantes lean y escriban con el fin de aprender estudios sociales, ciencias, matemáticas, arte, y que las competencias y motivación por el lenguaje escrito se refuercen en todas las áreas del currículum.

El desarrollo de las competencias lingüísticas también requiere que la escuela se relacione con la familia, de manera que ésta pueda apoyar dicho desarrollo, y que los educadores conozcan tanto las características de la lengua materna, como el entorno sociocultural de sus alumnos.

Referencia: Condemarin, Mabel; Alejandra Medina. “Evaluación de los aprendizajes” 1era. Edición. Editorial Carlos Álvarez Pañella. Santiago de Chile. 2000. Pág. 115.

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