Aprendizaje cooperativo incrementa el rendimiento académico

Sinopsis:

Entre los elementos que el profesor define al plantear la organización didáctica del aula, se encuentra la estructuración de los medios a través de los cuales incrementa el rendimiento  académico deseado. En este sentido, el profesor puede controlar cómo serán las interacciones entre alumnos en relación con los objetivos de aprendizaje. Hay tres formas fundamentales en las que el profesor puede estructurar la interacción entre alumnos que son las siguientes:

1. Situación individualista: en eta situación, los objetivos del alumno no están relacionados con los del resto de compañeros. Por lo tanto, este tipo de estructura no facilita la interacción de ningún tipo. Puesto que la consecución del resto de compañeros de sus objetivos, cada alumno buscará su propio beneficio sin tener en cuenta a los otros.

2. Situación competitiva: tiene lugar cuando los objetivos de los individuos están vinculados de tal forma que un alumno sólo puede obtener sus objetivos a costa de los otros alumnos dentro del mismo grupo. Este hecho supone una relación negativa entre los éxitos de cada uno. De manera que un alumno sólo podrá alcanzar su objetivo si el resto de compañeros no alcanzan los suyos.

3. Situación cooperativa: los objetivos académicos que han de alcanzar los alumnos están entrelazados de tal forma que cada uno de ellos sólo puede alcanzar su objetivo si todos los demás lo alcanzan. Por tanto, existe una relación positiva entre los éxitos de los alumnos que constituyen un mismo grupo.

Desarrollo:

Aprendizaje cooperativo incrementa el rendimiento académico

La primera de las situaciones planteadas, la individualista, no fomenta ningún tipo de relación entre los estudiantes, mientras que las otras dos tienen efectos muy distintos en los alumnos.

En las situaciones cooperativas, los alumnos se sienten más aceptados y apreciados, se genera un clima de confianza, las ideas y los sentimientos son expresados con mayor facilidad y el intercambio de información resulta más eficaz. Además, en estas situaciones la motivación de los alumnos es fundamentalmente intrínseca, decrece el miedo al fracaso académico, mejora el rendimiento académico y se incrementa la autoestima y la habilidad de tomar la perspectiva del otro. Sin embargo, para que estos efectos positivos se produzcan deben cumplirse ciertos requisitos. Las técnicas de aprendizaje cooperativo son complejas, y no equivalen simplemente a colocar a los alumnos en grupos para que trabajen juntos.

Los elementos mínimos que deben considerarse para plantearse un aprendizaje como realmente cooperativo son los siguientes:

a) Interdependencia positiva entre los miembros del grupo: dependen los unos de los otros para poder concluir la tarea. En consecuencia, el cumplimiento de la meta del grupo va a requerir el trabajo conjunto de todos sus miembros y la coordinación de sus acciones.

De este modo, los estudiantes se interesan por el rendimiento de todos los miembros del grupo, y no sólo por el suyo. La interdependencia positiva puede ser de diferentes tipos. Así, el profesor puede estructurar la situación para que exista una interdependencia de meta, de tareas, de recursos, de información o de recompensa.

b) Responsabilidad individual: cada uno de los miembros del grupo de aprendizaje cooperativo debe realizar contribuciones individuales al grupo. Cada miembro debe aportar o trabajar una parte significativa del resultado final y, además, se ofrece feedback sobre las aportaciones de cada sujeto al grupo.

c) Habilidades cooperativas: en el desarrollo de las tareas de aprendizaje cooperativo los alumnos aprenden y ponen en práctica habilidades de cooperación.

d) Interacción cara a cara: los estudiantes deben interactuar directamente unos con otros mientras trabajan.

A estas cuatro características esenciales, en ocasiones, se añaden también otras características como definitorias de este tipo de aprendizaje. En los grupos de aprendizaje cooperativo, a diferencia de los grupos de trabajo tradicionales, todos los miembros comparten el liderazgo, la responsabilidad por el aprendizaje de cada miembro es compartido por cada uno de los demás miembros y el profesor observa los grupos, analiza los problemas y ofrece retroalimentación “feedback” al grupo.

Tecnicas de aprendizaje cooperativo

Existen diversas técnicas que pueden utilizarse para el aprendizaje cooperativo en el ámbito escolar dentro de ellas está la técnica de JIGSAW “técnica del rompecabezas” que fue desarrollada por Aronson y Colaboradores (1978). En numerosos estudios se evidencio que este tipo de técnicas para promover el aprendizaje cooperativo tiene efectos cognitivos, afectivos y sociales en los alumnos. Las técnicas cooperativas, en comparación con las competitivas e individuales, resultan favorecedoras de los siguientes aspectos:

1. Mejora de la autoestima. Los alumnos que realizan actividades de aprendizaje cooperativo aceptan más a los demás, y se sienten también más aceptados por ellos. La autoestima resulta potenciada gracias a la mayor integración social en el aula, así como por el aumento de las posibilidades de éxito académico.

2. Desarrollo de mayor numero de conductas de cooperación y altruistas. En estos grupos, los niños desarrollan habilidades sociales, a través de la interacción que observan y ejecutan con sus compañeros, además de recibir mayor feedback acerca de sus conductas sociales. El grupo de aprendizaje cooperativo es un excelente contexto para el desarrollo de habilidades de liderazgo, de resolución de conflictos y de comunicación interpersonal. Al trabajar juntos, los niños tienen que aprender a manejar conflictos y a adquirir estrategias de solución de problemas.

3. Incremento del interés por sus compañeros, facilitando así la integración social. Mejoran, especialmente, las relaciones interpersonales y la integración de aquellos niños con un bajo rendimiento, con dificultades de aprendizaje, conductuales y de diferente cultura. Estos grupos favorecen una mayor aceptación entre iguales, unas actitudes más favorables hacia los compañeros, la existencia de un mayor apoyo social y una mayor probabilidad del desarrollo de amistades entre los alumnos.

4. Desarrollo de actitudes más favorables hacia la escuela y el aprendizaje. Además de una percepción más favorable del profesor como persona facilitadora de apoyo y dispuesta a ayudar.

5. Mejora en el ajuste personal y social. Las estructuras de trabajo cooperativas han sido relacionadas con la salud psicológica. En este sentido, el mero hecho de ser capaz de construir y mantener una relación cooperativa ya es una manifestación de salud.

6. Incremento en el rendimiento académico. Estas mejoras académicas se han comprobado en todas las edades y en todas las áreas de conocimiento en las que esté implicada la adquisición de conceptos, soluciones de problemas verbales y espaciales, categorización, retención y memoria, ejecución motora y elaboración de juicios. La cooperación fomenta mayor productividad y rendimiento que la competición interindividual o los esfuerzos individuales y, también, promueve un razonamiento de mayor calidad. Además, este tipo de aprendizaje muestra una relación positiva con la motivación intrínseca, frente a la motivación extrínseca más frecuente en el aprendizaje competitivo o individualista.

Las técnicas de aprendizaje cooperativo presentan efectos positivos no solo para los estudiantes con un bajo rendimiento académico, sino que estudiantes con distintas capacidades se benefician académicamente de participar en grupos de aprendizaje cooperativo compuesto por niños con diferentes capacidades. Además estos efectos se producen independiente de la capacidad y el género de los estudiantes, es decir, todos los estudiantes se benefician dela experiencia de trabajo en grupo cooperativo, resultando mínimo el efecto de la existencia de diferentes capacidades en los niños.

Referencia Cava, María Jesús, Musitu, Gonzalo “La potenciación de la autoestima en la escuela” El aprendizaje cooperativo, Editorial Paidós, Barcelona, España, 2000, Págs. 39-46150