4 estilos paternos que influyen sobre el niño

Los estilos paternos que se brinden al niño suelen tener un impacto significativo sobre el desarrollo de los niños y pueden incrementar su vulnerabilidad psicopatologica.

En tiempos pasados la disciplina se concebía como una manera de castigar la conducta indeseable y de prevenir o eliminar dicha conducta en el futuro. En la actualidad la disciplina se considera de una manera más positiva como un modo de proporcionar una estructura y una orientación a los niños para promover un desarrollo saludable. Este tipo de orientación proporciona al niño una serie de esquemas similares a los resultados que obtendría en el mundo real derivados de su conducta. Este tipo de información ofrece una sensación de control sobre los resultados de sus acciones, y le permite elegir de manera deliberada. Cuando sea necesario ejercer el castigo, resulta esencial que el padre deje perfectamente claro qué conductas se consideran inapropiadas y cuáles son apropiadas.

Estilos paternos

Los investigadores se han interesado por la medida en que los estilos paternos incluyendo los estilos de disciplina que influyen sobre la conducta de los niños a lo largo de su desarrollo. Se han identificado cuatro estilos paternos que parecen influir de diferente manera sobre los niños: (1) democrático, (2) autoritario, (3) permisivo-indulgente, y (4) negligente/desentendido. Estos estilos varían según el grado de afecto paternal (la cantidad de apoyo, ánimo y ternura, frente a la vergüenza, rechazo y hostilidad) y en el grado de control (ejercicio de la disciplina frente a dejar al niño a su albedrío).

  1. Paternidad democrática

El estilo democrático es aquel en que los padres son por una parte cariñosos pero a la mis- ma vez establecen cuidadosamente límites y restricciones muy claras respecto a determinados tipos de conducta, mientras que permiten un grado considerable de libertad dentro de esos límites. Este estilo está asociado con un desarrollo social temprano más positivo; los niños tienden a mostrarse enérgicos y amistosos, y a mostrar el desarrollo de competencias generales para relacionarse con los demás y con su entorno (Baumrind, 1975, 1993; Emery y Kitzman, 1995). Cuando llegan a la adolescencia, estos niños mantienen sus características positivas.

  1. Paternidad autoritaria

Los padres con un estilo autoritario muestran un elevado control pero un bajo nivel de afecto, de manera que sus hijos tienden a ser conflictivos, irritables y malhumorados. Cuando llegan a la adolescencia estos niños todavía aumentan más sus características negativas, de manera que los varones son especialmente deficientes respecto a sus capacidades cognitivas y sociales. Si además los padres autoritarios recurren al castigo físico en vez de utilizar métodos punitivos más adecuados, como la retirada de la aprobación y de privilegios, el resultado suele ser un aumento de la conducta agresiva por parte de los niños.

  1. Paternidad permisiva-indulgente

Los padres permisivos e indulgentes muestran elevados niveles de afecto pero son sobrios o moderados para ejercer la disciplina y el control. Este estilo de paternidad está asociado con una conducta impulsiva y agresiva en los niños. Los niños de padres indulgentes suelen ser malcriados, egoístas, impacientes, desconsiderados y exigentes.

Una gran cantidad de permisividad y muy poca disciplina estaban correlacionadas positivamente con conductas agresivas y antisociales, sobre todo durante la niñez media y tardía. Al contrario de lo que ocurre con los niños rechazados y emocionalmente deprivados, los hijos de padres indulgentes tienen grandes habilidades de relación interpersonal, pero explotan a los demás para lograr sus propósitos de la misma manera que han aprendido a explotar a sus padres. En definitiva, han desarrollado auto-esquemas repletos de “derechos”, pero en los que escasean los deberes. Evidentemente, cuando la realidad les obligue a reestructurar sus convicciones sobre sí mismos y el mundo, aparecerán las dificultades de ajuste y la confusión.

  1. Paternidad negligente y desentendida

Por último, los padres con bajos niveles de afecto y de control ponen de manifiesto un estilo negligente y desentendido. Dicho estilo está asociado con problemas de apego durante la niñez, y con el malhumor, la baja autoestima, y los problemas de conducta durante la niñez. Estos niños también suelen tener problemas para relacionarse con sus compañeros y un bajo rendimiento escolar.

Referencia: James N. Butcher; Susan Mineka; Jill M. Hooley. “Psicología clínica” 12.a edición. Editorial Pearson Educación, S.A., Madrid, España. 2007.pàg 81.