Los 4 estilos parentales de Baumrind

Baumrind explicó que existen 4 estilos parentales que se evidencian en las conductas del niño. Algunos niños son más irritables y menos sensibles que otros. Otros viven quejandose de lo que papá, mamá o un hermano dice. En muchos casos el niño un poco mayor y más experimentado puede enfrentar a los padres entre sí: «¡Mamá dijo que yo podía…!». De este modo se generan los conflictos y  las tensiones. Y tambien porque la mayoría de los padres evitan desahogar su angustia sobre el niño, y prefieren pelean entre pareja.

El niño, aunque queda intacto físicamente, es testigo de una conducta de acoso. Y como el aprendizaje infantil está basado al menos en parte en la imitación de modelos, las semillas del acoso quedan sembradas. Por lo tanto, el temperamento y la docilidad del primer hijo son muy importantes, porque los padres tienen poca experiencia. Ellos se sentirán  estresados y exhaustos, y si el niño sigue sintiendo angustia, podrían pensar que son padres incompetentes. Si las dificultades del niño se mantienen cuando ya ha dejado de ser bebé y ha aprendido a andar, y si las expectativas de los padres no se han visto satisfechas, entonces el niño puede ser culpado por el estrés. Los padres podrían recurrir a los castigos físicos. El niño llorará con más fuerza y el ciclo de la desesperación se afianza. Asi es como las relaciones que empiezan mal y luego necesitan mucho tiempo para sanar ante la situación requiere mucha tolerancia por parte de todos.

Estilos parentales

La tipología de estilos parentales de Baumrind en el año 1972 constituye una lectura fascinante. Baumrind considera las cuatro dimensiones siguientes:

(1) cordialidad o cuidado
(2) niveles de expectativas o exigencias de madurez
(3) la claridad y consistencia de las normas
(4) la calidad de la comunicación entre padres e hijo.

Y los estilos que Baumrind explicó son los siguientes:

El estilo permisivo: Este estilo es alto en cuidado y atención, pero bajo en exigencias de madurez, control y comunicación
El estilo autoritario: Este estilo es alto en control y exigencias de madurez, pero bajo en atención y comunicación.
El estilo autoritativo: Este estilo es alto en las cuatro dimensiones.
El estilo negligente o no implicado: Este estilo es bajo en las cuatro dimensiones.

El estilo permisivo

Los niños que crecen con padres permisivos tienden a ser poco estrictos en el autocontrol. No asumen responsabilidad de buen grado y, como están acostumbrados a una gran dosis de libertad, pueden volverse agresivos cuando tienen que obedecer las normas de otro. Tienden a ser inmaduros porque no se les ha encomendado tareas ni se les ha pedido que cumplan determinados plazos. Les resulta difícil anticipar los resultados de sus acciones porque esto no se les ha exigido.

El estilo autoritario

Las familias que tienen un estilo autoritario emplean altos niveles de control y exigencias de madurez, de modo que los niños tienen que obedecer sin poner reparos y sin poder mostrar formas de conducta alternativas. Así, es menos probable que se desarrollen la resolución de problemas y las habilidades de independencia. Los bajos niveles de cordialidad y sensibilidad están asociados también con niños que rinden menos académicamente y están menos integrados socialmente. Si los niños están reprimidos en el hogar, es posible que reaccionen impulsiva o agresivamente cuando prueben la libertad.

El estilo autoritativo

Los cuatro aspectos del desarrollo, incluidos las relaciones, la estabilidad emocional y el desarrollo intelectual, es el estilo autoritativo. Los niños tienen una autoestima más alta porque se les escucha con respeto, y pueden realizar las tareas con la dosis justa de desafío. Son más independientes, pero también están más dispuestos a dejarse guiar por sus padres. Asimismo, es más probable que muestren empatía a los que son menos afortunados que ellos y sus acciones estarán guiadas por el razonamiento moral.

El estilo negligente o no implicado

En este estilo, los padres adoptan una actitud de «dejar hacer» y proporcionan solo el contacto y el cuidado básicos. Como resultado, los niños carecen de orientación y a menudo toman decisiones sobre su educación y su bienestar que no prometen nada bueno para el futuro. Es más probable que experimenten con drogas y aparezcan con más frecuencia en las estadísticas sobre embarazos de adolescentes.

Referencia: Macintyre, Christine. “ Acoso escolar en la infancia” Desclée De Brouwer. by Routledge All Rights Reserved. Authorised translation from the English language by Routledge, a member of the Taylor & Francis Group. © 2009. Pág. 109