Creencias irracionales que no te dejan ser feliz

Creencias irracionales: Hace algunos años atrás, nació un famoso psicólogo estadounidense llamado Albert Ellis quien, entre una vida cargada de privación emocional y malos ratos, decidió, a punta de racionalidad y una estructura resiliente, sobreponerse a los momentos negativos con su mejor arma: su mente.

Ellis se encargó de establecer una teoría psicológica muy famosa hoy en día, precursora de la corriente psicológica “cognitivo-conductual”. Su teoría se llamaba Terapia Racional-Emotiva, o bien conocida como TRE.

¿Qué queremos decir con esto?

Es muy sencillo. La terapia racional emotiva nos plantea, basándose en el estoicismo, que no son los hechos que ocurren a nuestro alrededor los que nos afectan, sino la interpretación errónea que hacemos sobre ellos. Siguiendo esta premisa, Albert Ellis se enfocó en crear una teoría que enmarcara la irracionalidad de las personas y, por medio del “darse cuenta”, crear consciencia y salir de ese encuadre negativo.

Ellis plantea que existen creencias racionales (son la base de todas los comportamientos sanos y funcionales) y creencias irracionales (base de los comportamientos disfuncionales y erróneos).

Para explicarlo de una forma más sencilla, Ellis nos dice que debemos dejar detrás las demandas absolutas de bienestar, éxito y aprobación (no necesitamos de ello para ser felices), y que debemos integrar en nuestro vocabulario tres palabras para perseguir nuestras metas, que mejorarán nuestra vida:

  • Me gustaría
  • Sería bueno
  • Quiero (pero no necesito)

El punto de todo esto puede ser explicado mucho mejor con algunos ejemplos, planteados por el mismísimo Ellis.

  • (Creencias racionales referentes a la aprobación y afecto): Me gustaría tener el afecto de las personas que son importantes para mí, pero no es necesario para que yo sea feliz.

Una creencia irracional con este mismo ejemplo sería: Necesito tener el afecto de los demás, y sin él no podría estar bien.

  • (Referentes al éxito): Sería bueno/me gustaría hacer las cosas de la mejor manera posible y obtener el resultado que espero, para ello debo esforzarme lo más posible, pero que no salga como yo quiero no es determinante en mi bienestar.

Una creencia irracional con este ejemplo sería: Tengo que lograr lo que me propongo, y hacerlo a mí manera. No lograré estar bien si no lo logro.

La base de toda vida sana es deshacerse de las creencias irracionales y vivir bajo la naturaleza racional de nuestra existencia.

Creencias irracionales