El Complejo de Edipo y las Fantasías Incestuosas Inconscientes


Antecedentes:
Las Hordas:
Una horda fue el primer tipo de organización que tuvieron los humanos, agrupaciones que nacieron en el paleolítico (es una etapa de la prehistoria caracterizada por el uso de piedra tallada) por la necesidad de protegerse unos a otros.
Generalmente eran conformados de 20 a 40 personas, las cuales eran dirigidas por el más fuerte. Al principio las hordas eran promiscuas y no tenían en cuenta las relaciones con personas de su misma sangre, esto condujo a dificultades y que se desintegraran, por lo que los líderes establecieron prohibiciones con el fin de mejorar las relaciones.
En las Hordas se pasaban de Endogamia a exogamia. En estas civilizaciones, el incesto era algo normal, algo común, no se veía como un tabú, como un pecado o algo que era incorrecto. Simplemente era algo normal. Porque creían que no solamente eran una civilización, sino una familia. Por ello, se tenían, relaciones sexuales con la madre, hermanas, hijas.

Contemporaneidad
Sigmund Freud
Según Sigmund Freud, las pulsiones básicas del hombre son incesto y parricidio.

Incesto:
Culturalmente consiste en la práctica de relaciones sexuales o el establecimiento de vínculos de parentesco entre individuos previamente relacionados entre sí de esta manera, bien sea mediante alianza (parentesco por afinidad, matrimonio) o mediante consanguinidad (parentesco biológico o consanguíneo).

Parricidio:
Parricidio es el homicidio de los parientes consanguíneos en línea recta (ascndientes y descendientes) y del cónyuge, en especial del padre o de la madre, sabiendo el homicida de ese parentesco.

El Complejo de Edipo

Edipo era el hijo del rey de Tebas y, al nacer, el Oráculo de Delfos auguró a su padre, Layo, que el niño, una vez adulto, le daría muerte y desposaría a su mujer. Layo, queriendo evitar tal destino, ordenó a un súbdito que matara a Edipo al nacer. Apiadado de él, en vez de matarlo, el súbdito lo abandonó en el monte Citerón, colgado de un árbol por los pies, los cuales perforó. Un pastor halló el bebé y lo entregó al rey Pólibo de Corinto. Peribea o Mérope, la esposa de Pólibo y reina de Corinto, se encargó de la crianza del bebé, llamándolo Edipo, que significa ‘de pies hinchados’ por haber estado colgado.
Al llegar a la adolescencia, Edipo, por habladurías de sus compañeros de juegos, sospechó que no era hijo de sus pretendidos padres. Para salir de dudas visitó el Oráculo de Delfos, que le auguró que mataría a su padre y luego desposaría a su madre. Edipo, creyendo que sus padres eran quienes lo habían criado, decidió no regresar nunca a Corinto para huir de su destino. Emprende un viaje y, en el camino hacia Tebas, Edipo encuentra a Layo en una encrucijada, discuten por la preferencia de paso y lo mata sin saber que era el rey de Tebas, y su propio padre. Más tarde Edipo encuentra a la esfinge, un monstruo que daba muerte a todo aquel que no pudiera adivinar sus acertijos, atormentando al reino de Tebas. A la pregunta de «¿cuál es el ser vivo que camina a cuatro patas al alba, con dos al mediodía y con tres al atardecer?», Edipo respondió correctamente que es el hombre, La explicación consiste en esto: La mañana, la tarde y la noche traducen las etapas de la vida. El día o comienzo de la vida muestra al bebe gateando en cuatro pies o patas, la tarde o mitad de la vida es la adultez del ser humano caminando en dos pies y la noche o final de la vida muestra al anciano con un bastón o sea en tres pies. Había también otro acertijo: «Son dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra y, a su vez, es engendrada por la primera». Edipo contestó: el día y la noche. Furiosa, la Esfinge se suicida lanzándose al vacío y Edipo es nombrado el salvador de Tebas. Como premio, Edipo es nombrado rey y se casa con la viuda de Layo, Yocasta, su verdadera madre. Tendrá con ella cuatro hijos: Polinices, Eteocles, Ismena y Antígona y los dos hermanos se enfrentarían más tarde entre ellos a muerte por el trono tebano.
Al poco, una terrible plaga cae sobre la ciudad (la peste), ya que el asesino de Layo no ha pagado por su crimen y contamina con su presencia a toda la ciudad.
Edipo emprende las averiguaciones para descubrir el culpable, y gracias a Tiresias descubre que en realidad es hijo de Yocasta y Layo y que es él mismo el asesino que anda buscando. Al saber Yocasta que Edipo era en realidad su hijo, se da muerte, colgándose en el palacio. Horrorizado, Edipo se quita los ojos con los broches del vestido de Yocasta en señal de la ceguera que siente por no haber visto la realidad antes y ordena a Creonte, que lo expulse de la ciudad. Sólo su hija y hermana Antígona le guía por donde tiene que caminar. La obra concluye con el coro, que advierte a los espectadores: “Que a nadie se le tenga por dichoso hasta que muera…”.

La tragedia de Edipo Rey, tiene las pulsiones básicas desarrolladas por Sigmund Freud, que son Incesto y Parricidio. Prácticamente es una historia de incesto.