Actualmente existe una confianza muy generalizada de que la psicoterapia es más efectiva y rápida que los cambios naturales del paciente sin tratamiento. Este es un punto a favor para los terapeutas. Sin embargo, también existe desconfianza por parte del paciente al momento de contratar los servicios de un terapeuta. Esto porque hoy en día existen decenas de “psicoterapias” y/o “terapias alternativas” que no están validadas empíricamente. En el peor de los casos no existe sustento teórico que fundamente la efectividad de la psicoterapia. Esto hace que el paciente dude de si la psicoterapia es efectiva o no.
Para mi “psicoterapias alternativas” son todas aquellas psicoterapias que no tienen validez empírica, fundamentos teóricos y escuelas ó institutos que promuevan sus métodos y técnicas terapéuticas.
La eficacia de la psicoterapia
Un aspecto importante al considerar la eficacia de la psicoterapia no son sólo los resultados al acabar la psicoterapia sino también el mantenimiento del cambio (y su eventual generalización) después de su finalización.
La psicoterapia proporciona una especie de vacuna contra cualquier problema psicológico para el resto de la vida del paciente. Es decir que gracias a la psicoterapia el paciente puede encontrarse así mismo y confrontar la situación problemática que le aturde.
Por otro lado, el proceso terapéutico implica como mínimo 16 sesiones en las que el paciente logra descubrir la detonante de su problema actual. En el transcurso de las sesiones el paciente va descubriendo por sí mismo la solución al problema.
Efectivamente la psicoterapia genera resultados. Sin embargo, no siempre se generan resultados esperados ya que el proceso terapéutico no depende en sí del terapeuta, más bien la efectividad depende más del paciente. Aunque en esta ocasión, estoy haciendo énfasis en la psicoterapia partiendo desde la postura del terapeuta.
La psicoterapia sí es efectiva
En el año 1991 Lamberr afirmo que es tan fuerte la evidencia en favor de la eficacia de la psicoterapia que no tiene sentido seguir dedicando esfuerzos a esta cuestión a un nivel general, pero que, sin embargo, la eficacia debería preocupar a las personas que proponen nuevos modelos que no hayan sido ya contrastados en los estudios teóricos y empíricos. Desafortunadamente, en la práctica cotidiana observamos cómo se promueven “nuevas psicoterapias” sin tener en cuenta su validez empírica. Esto podría llevarnos al estudio de qué psicoterapias son más efectivas y cuáles son las “psicoterapias” que no generan resultados positivos que son los esperados tanto para el paciente como para el terapeuta.
Luego de más de 20 años la propuesta de Lamberr se queda corta porque ahora si es necesario realizar un estudio en el que se evidencie la efectividad de las psicoterapias. No tanto por ver cuáles son las mejores y más efectivas sino más bien para descartar aquellas propuestas de “psicoterapias alternativas” que en vez de ayudar al crecimiento de la psicología, la desprestigian.
Referencia: Feixas, Guillem. M. Teresa Miró “Aproximaciones a la psicoterapia” Una introducción a los tratamientos psicológicos. Editorial Paidós.1993. pág. 313