Amores Tóxicos

Sinopsis:

Un toxico es una sustancia venenosa que produce efectos perjudiciales en nuestro organismo. Una relación amorosa puede convertirse en una relación toxica cuando la relación afecta a uno de los dos. Bien dicen que “todo en exceso es malo” tanto para comer, correr, cantar, gritar, saltar, para odiar y para amar. Lo meticular del asunto es que hasta el “amor” en exceso es malo. En el marco familiar el amor maternal suele exagerarse y por consecuencia crear una conducta nociva en el desarrollo de la personalidad del niño.

Desarrollo:
¿Una madre que ama a sus hijos puede ser tóxica? 
En efecto, los padres pueden llegar a ser una bendición o una maldición para el niño. La sobreprotección es una arma letal que paraliza el alma del niño, es una especie de toxico que le impide crecer y desarrollarse de manera autónoma.

Hace un tiempo escuche de una madre decir lo siguiente: 

“Yo amo tanto a mi niño (17 años), esa es la razón por las que le pongo reglas y órdenes y no las puede romper, lo cuido, estoy al tanto por ciento de lo que sucede con él, en excursiones y fiestas de sus amigos voy con él ya que sufre de asma, sin embargo siempre me critica diciéndome que lo sobreprotejo, que no le doy espacio, pero le contesto que siempre tengo que estar a su lado por lo del asma”

Al tiempo de que la madre me dijo esto, hable con el chico y me refirió lo siguiente: 

“a veces me siento frustrado y deprimido, yo sé que puedo hacer las cosas solo, pero mi mama se esmera en que ella tiene que estar allí, no puedo salir a solas con mis amigos porque mama siempre quiere estar en medio excusándose de que algo me pueda pasar”

Al pensar en esta situación del chico, me paso la idea de que las intenciones de la madre son buenas, porque vela por el bienestar de su hijo, sin embargo como lo mencione antes, este es un ejemplo de amor toxico. Porque a pesar de que las intenciones sean buenas por parte de la madre, la sobreprotección perjudica la privacidad del adolescente.

Entiendo que como padres siempre pretendamos lo mejor para nuestros hijos, pero existe un momento en la vida en que debemos dejarlos volar solos y no tenerlos en el nido por siempre, de lo contrario no aprenderán a volar.

Es evidente que cuando existe una falta de amor en el niño produce graves perturbaciones en su desarrollo, pero el amor maternal exagerado también es terriblemente nocivo. La excesiva protección maternal impide el desarrollo hacia personalidades independientes, capaces de adquirir responsabilidades.

Aclaro que no hablo de expresiones de cariño, lo que trato de decir es que la protección desmesurada causa un afecto que asfixia que estrangula al hijo, no le deja la menor libertad “por su seguridad” y no lo deja nunca solo. Las ansiedades disfrazadas de “amor” son especialmente nocivas, pues se niegan y, por lo tanto, nunca se enfrentan y se resuelven. La crianza excesiva llega a tal punto de impedirle al niño su maduración natural que varía a causa del maltrato encubierto que se manifiesta por medio de la sobreprotección.

Otra forma de intoxicar a los hijos “amorosamente” es brindándoles todo aquello que piden (cosas materiales) sin ponerle límites para obtener todo lo que pide, a tal punto de que no aprecien aquello que obtienen mucho menos que lo disfruten. Cuando un niño obtiene todo lo que quiere suele desvalorizar lo que tiene.

Estas formas erradas del “amor” intoxican a toda la familia y por consecuencia forma adolescentes amargados, rebeldes, agresivos y altaneros. Cuando por dentro son solo niños que desean recibir el afecto verdadero llamado amor.

En vez de brindarles todo a nuestros hijos deberíamos de enseñarles a que valoren lo que tienen, y en vez de sobreproteger a nuestros hijos deberíamos de enseñarles estrategias para que ellos se defiendan solos y puedan enfrentar la vida ellos mismos.