Este proceso de salir del clóset es un evento traumático, de enorme importancia en la vida de la persona gay y con importantes consecuencias positivas y negativas para su vida futura.
Muchos homosexuales tratan de pasar por heterosexuales, siguen las normas y costumbres de la sociedad heterosexual y viven una vida doble o una vida falsa. En gran número de casos, esta situación produce conflictos psicológicos, depresión, malestar, y es una vida muy difícil de llevar.
En realidad no tengo ni la menor idea de que se sentirá lidiar con uno mismo entre la vida heterosexual y la vida homosexual. Es más existen personas que por un lado viven una vida heterosexual, tienen una familia e hijos y por otro lado tienen otra vida homosexual del que se avergüenzan por prejuicios de la sociedad.
En terapia
Rafael un chico de 16 años llega a consulta referido por un familiar.
Rafael: No sé cómo decirle a mis padres que soy homosexual. Mi padre es un militar, seguro me echara de casa, tampoco me gustaría darle una mala noticia a mi madre, ella padece de cáncer.
Terapeuta: dices que no te gustaría darle una mala noticia madre y que tu padre te echaría de casa. ¿Tienes miedo de aceptar lo que eres o de lo ellos puedan hacer?
Rafael: no es que tenga miedo, es solo que no estoy seguro de cómo lo tomaran.
Terapeuta: al parecer, te preocupa que tus padres no te acepten.
Rafael: escuche una vez decir a mi padre mientras platicaba con mi madre que el no aceptaría un hijo gay, que prefería matarlo antes de aceptarlo. Por eso, no quiero decirles a mis padres, prefiero que no, pero al mismo tiempo me siento mal.
Terapeuta: ¿te sientes mal por ser homosexual o por lo que tus padres piensan de ser homosexual?
Rafael: en parte, siento que las dos. Me preocupa lo que pueda decir papa y no me gusta ver sufrir a mama. A veces pienso que si me gusta ser homosexual y a veces no.
Cómo salir del clóset
Este proceso de salir del clóset es un evento traumático, de enorme importancia en la vida de la persona gay y con importantes consecuencias positivas y negativas para su vida futura. La persona “sale del closet” porque desea ser honesto, porque desea ser aceptado por su familia o por sus amigos, porque fue descubierto y prefiere aclarar la situación, o simplemente porque se cansó de vivir una vida doble y en la clandestinidad como si fuera un delincuente.
Muchas personas, tanto hombres como mujeres, salen del clóset a temprana edad, en la adolescencia o en la juventud temprana. Pero tambien hay homosexuales que pasan la vida entera en el clóset tratando de ocultar su orientación sexual, con mayor o menor éxito.
Antes de “salir del closet” se debe considerar revelar la verdadera identidad sexual a la familia y a los amigos o a los compañeros de trabajo, pero lo más importante es revelarse a uno mismo lo que se quiere ser. A continuación unos puntos importantes previos a salir del closet:
- La persona debe estar segura de su orientación sexual. Si todavía está dudando en si es gay o no lo es, será mejor esperar hasta que esté seguro de su orientación sexual.
- El individuo no debe depender de manera exclusiva de sus padres en el aspecto económico, ni carecer de otras oportunidades laborales. Los padres pueden reaccionar con rabia y odio ante la revelación de la homosexualidad del hijo, expulsarlo del hogar, no darle dinero para pagar sus estudios ni su manutención, aislarlo, etcétera.
- La persona debe analizar cuidadosamente las razones que tiene para salir del clóset. Pueden estar asociadas con el hecho de quitarse una máscara, ser honesto, sentirse mejor con las personas de su ambiente. No son motivaciones adecuadas culpar a sus padres por su orientación sexual, recriminarles la forma de tratarlo o de criarlo, echarles en cara la forma como reaccionaron si de niño presentó conductas atípicas de su sexo.
Salir del clóset es un proceso y no un evento único. Es un proceso gradual, que tiene un punto culminante (un pico) que es la revelación explícita de la orientación sexual. En algunos casos, la persona desea revelar su orientación a una persona de su familia, generalmente a la madre, y no al padre o a los hermanos y demás parientes.
Evidentemente, se trata de un asunto relevante en la vida personal de los homosexuales. Esto ha llevado incluso a que se proponga el Día de salir del clóset, que se conmemora el 11 de octubre, desde 1988. Se eligió esta fecha
para rememorar la Marcha de Washington (octubre 11 de 1987), uno de los principales hitos políticos y comunitarios del movimiento gay.
Referencia: Ardila y Ardila, Rubén. “Homosexualidad y Psicología” 2a. edición. Editorial El Manual Moderno. Bogotá, Colombia. 2008. Pág. 100