La psicología del amor y del sexo va más allá de nuestra necesidad sexual ya que en este influyen aspectos psicosociales, socio-económicos y psicológicos. En un artículo anterior hable del ¿por qué y cómo elegimos a nuestra pareja? En el mismo explique qué parte de nuestro deseo sexual proviene de las necesidades físicas. Sin embargo el órgano sexual más poderoso del cuerpo es el cerebro ya que puede influir psicológicamente en toda la gama sexual.
Psicología del sexo
Tanto en el hombre como en los animales, el objetivo primero y primordial de las relaciones sexuales es la conservación de la especie. Esto no es algo de lo que seamos conscientes cuando deseamos a alguien. La información está escrita en nuestros genes, es un mecanismo de la naturaleza para que cada especie animal perdure.
Por eso el sexo implica sentir placer; de esta manera, los individuos buscarán conscientemente ese contacto para sentir placer, e inconscientemente para que la especie siga adelante.
Atracción sexual
Normalmente, nos sentimos atraídos en primer lugar por el físico de la otra persona. Las caras simétricas suelen agradarnos más. Esto se debe a que una cara agradable es muestra de genes mejores. Por eso preferimos, habitualmente, a los especímenes más bellos. Es instintivo. Aunque también nos puede gustar una persona que no sea más atractiva que las demás. Eso es debido al olor imperceptible conscientemente que despide. Sencillamente, nos atrae más.
Todos los seres humanos somos atraídos por el olor de personas con características genéticas distintas a las nuestras. Los otros factores son menos genéticos o instintivos. Lo más probable es que nos guste sexualmente una persona de nuestro entorno social o, como mucho, alguien con más status social.
Esto no quita que algunas personas se sientan atraídas por gente de estratos sociales más bajos por la situación de que esto les proporciona una relación donde están en situación de poder con respecto al otro. Pero por lo general acostumbramos buscar nuestra pareja sexual en nuestro entorno habitual.
Los aspectos culturales también pueden ser importantes en la elección de la pareja sexual. Siempre se entenderán mejor dos personas culturas similares, incluso en la cama.
La conducta sexual aparece guiada por nuestros conocimientos y fantasías sexuales, así como por los tabúes, los mitos, las inhibiciones, las creencias religiosas y morales, las carencias emocionales, las experiencias traumáticas y la educación recibida, entre otros muchos factores.
Algunas mujeres buscan hombres que les recuerden vagamente a sus padres, ya que no han superado un ligero complejo de Electra. Algunos hombres buscan unos reconfortantes brazos maternales que les acunen y protejan; otros, sin embargo, buscan todo lo contrario, alguien a quien proteger o incluso dominar para alejarse así del patrón de conducta materno que han tenido.
Evidentemente, los padres condicionan mucho nuestras preferencias. La relación que hayan establecido con nosotros en nuestra infancia, o incluso la que han mantenido entre ellos, nos hará elegir un cierto tipo de personas para relacionarnos con ellas emocionalmente, sentimentalmente e, incluso, sexualmente.
Si esto les parece una fábula, debemos darnos cuenta de que siempre escogemos normalmente el mismo tipo de persona como pareja, no sólo a nivel físico, sino también a nivel intelectual y psicológico.
Por ejemplo las mujeres tienden a tener afirmaciones como las siguientes:
¡Es que siempre me pasa lo mismo!
¡Ya no me vuelvo a enamorar de alguien como él!
¡Es que todos los hombres son iguales!
No, no es que todos los hombres sean iguales, sino que buscamos el mismo tipo de relación con el mismo tipo de persona, y esto es algo completamente inconsciente, por lo que tenemos que reflexionar y pensar que si queremos resultados diferentes, no tenemos que hacer siempre lo mismo, tal como aseguraba Albert Einstein.
La satisfacción sexual
Existen muchos tabúes a la hora de hablar abiertamente de sexo. Al mismo tiempo, la presión del entorno, de los medios de comunicación, anuncios y películas, consigue que, desde edades muy tempranas, los jóvenes quieran ser “máquinas de fabricar orgasmos”, lo que intentan sin verdadera experiencia, sin la madurez sexual necesaria, lo que les lleva a la frustración.
No estoy en contra de la satisfacción sexual pero es necesario tener la madurez sexual antes de tener sexo. Solo de esta manera podremos disfrutar al máximo las experiencias sexuales que por consiguiente quedaran guardadas en nuestras memorias de por vida.
La satisfacción sexual logra crear un lazo afectivo que no se rompe así pasen 100 años. Por eso es importante tener madurez sexual en vez de tener sexo desenfrenado ya que este último es solo un síntoma de una psicopatología de la afectividad.
Por lo tanto, la psicología del amor y del sexo nos enseña que existen aspectos culturales, socio-económicos, físicos, neurofisiológicos y psicológicos que determinan la atracción física y la preferencia sexual de cada persona.
Referencia: Martínez-Esteve Elena “Recetas para el buen sexo” Psicología del amor y del sexo. Ediciones Vida sana. Valencia, España. 2011. Págs. 233