Watson revela la génesis de los miedos y las fobias

Suele aceptarse que el primer modelo de condicionamiento sobre la ansiedad fue un modelo de condicionamiento pavloviano formulado por Watson y Rayner en el año 1920. Estos autores establecieron una teoría experimental de las fobias basándose en este tipo de condicionamiento. 

Watson revela la génesis de los miedos

Según este modelo, cualquier situación o estímulo, inicialmente neutro, adquiere la propiedad de evocar respuestas de miedo por su asociación con estímulos nocivos traumáticos (evocadores naturales de miedo o dolor; estímulos incondicionados, EIs). De este modo, el estímulo neutro se convierte en un estímulo condicionado (EC) de miedo, y su presencia evoca en el individuo respuestas condicionadas (RCs) de temor.

El trabajo de Watson y Rayner puede ser considerado como la primera aportación del enfoque conductual al estudio de la génesis de los miedos y/o las fobias. Este modelo constituyó, así mismo, la base de posteriores formulaciones más o menos identificadas con el modelo conductual, tales como las influyentes teorías sobre la terapia de conducta llevadas a cabo por Wolpe y Rachman.

El aspecto central en la teoría de Watson y Rayner consistió en asumir que un estímulo neutro se convierte en estímulo condicionado de miedo por su contigüidad con un estímulo incondicionado, condicionamiento que puede extenderse a otros estímulos similares (i.e., estímulos que recuerdan al EC) mediante un proceso de generalización.

Luego en el año 1979 la formulación de Watson y Rayner  constituyó el primer gran modelo experimental sobre los miedos (el segundo gran modelo fue el de Mowrer, 1939), y aunque muchas de sus premisas fueron asimiladas y difundidas por algunos de los autores más influyentes de los años sesenta en terapia de conducta

Las principales críticas que se han formulado al modelo de condicionamiento de Watson y Rayner podrían resumirse en los siguientes cuatro puntos:

  1. El miedo puede adquirirse directamente sin necesidad de que se produzcan acontecimientos traumáticos. Además, el hecho de que algunos miedos puedan originarse a través de vías indirectas de condicionamiento, evidencia las limitaciones de este modelo.
  2. A veces no se condicionan respuestas de miedo, incluso en presencia de experiencias traumáticas. Parece, por tanto, que las experiencias traumáticas no conducen inexorablemente al condicionamiento de respuestas de miedo. Por tanto, la contigüidad física EC-EI, de la que parte el modelo, no es una condición necesaria ni suficiente para que se produzca la adquisición de los miedos.
  3. El modelo de condicionamiento clásico asume la premisa de equipotencialidad, según la cual, cualquier suceso natural posee idéntica capacidad para convertirse en estímulo condicionado de miedo. Los miedos, lejos de adecuarse a la premisa de equipotencialidad, tienden a ser selectivos, tal y como demuestra la teoría de la preparación.
  4. La teoría de condicionamiento clásico no explica la no-extinción de la respuesta condicionada de miedo en ausencia de refuerzo. De acuerdo con el principio de extinción, las respuestas condicionadas clásicamente suelen extinguirse rápidamente cuando desaparece la contingencia EC-EI. Sin embargo, en contraste con las predicciones del modelo, las respuestas de miedo no sólo no se extinguen cuando no son reforzadas sino que, a veces, tienden in cluso a incrementarse (fenómeno de incremento paradójico o incubación).