La Depresión de Abraham Lincoln

Sinopsis: 

En algún momento de nuestra vida hemos escuchado de Abraham Lincoln y sus hazañas heroicas, sabemos que fue un fuerte oponente de la expansión de la esclavitud en los Estados Unidos, que fue elegido como presidente por su perseverancia y deseos de cambiar a su país.

Al momento de ser presidente introdujo medidas que dieron como resultado la abolición de la esclavitud, famoso por su discurso motivante de Gettysburg. Y así, podría seguir explicando con detalles los ejemplos heroicos de Abraham Lincoln, sin embargo, hay un común denominador del que casi nadie habla, es una huella o marca que solamente pueden verla aquellos que han pasado por lo mismo, sí.. quien iba a pensarlo, quien pensaría que un hombre con tanto talento de noche lloraba como un niño pensando que su trabajo era inútil, pensando que la mejor opción que tenía era morir y nada más, pensando que el mundo estaría mejor sin él. Nadie explicaría algo como esto de Abraham Lincoln.

Solamente a alguien como yo se le ocurre hablar sobre un hombre emblemático una situación como esta, sin embargo me parece interesante, porque en algún momento de mi vida he pasado por lo mismo que paso Lincoln, sí, yo también he tenido momentos en lo que he querido claudicar y dejar de dar batallas a la vida, me han llegado momentos en los que he querido olvidarme de todo y desaparecer de la faz de la tierra, quizás sea por eso que logro entender un poco del dolor de Abraham Lincoln.

Hace un tiempo leí en una revista de investigaciones científicas los datos estadísticos pronosticados para el 2,030 que según la OMS (Organización Mundial de la Salud) explica que dentro de esta fecha la depresión se convertirá en la enfermedad que más padecerán los seres humanos, superando al Cáncer y los trastornos cardiovasculares. Por lo tanto, la depresión será la mayor carga que el mundo nunca antes ha conocido.
Si la depresión pudo afectar a un hombre de la talla de Lincoln, seguramente a pasado por nosotros en alguna ocasión. 

Desarrollo: 
La depresión es uno de los problemas psiquiátricos que presenta de alguna manera una alteración emocional, es decir que es un trastorno afectivo que altera nuestro estado de ánimo. Su esencia consta de la regulación anómala de los sentimientos de tristeza y de felicidad.

Sabiendo esto, es necesario explicar que existen varios tipos de depresión, dentro de ellas está la depresión mayor que es llamada en el DSM-IV como “trastorno bipolar” dado que una persona con este trastorno experimenta episodios alternantes de depresión y euforia.
Me parece importante resaltar que además de una sensación de anormal de tristeza, desesperación y sentimientos desoladores acerca del futuro, existen criterios que involucran una alteración en la alimentación y el control de peso; un sueño alterado (insomnio o hipersomnia), escasa concentración, culpa inapropiada y una disminución del interés sexual.

Ahora bien, respecto a lo anterior ahora tenemos una idea de que es la depresión en sí. No obstante el sentido de desesperación del paciente deprimido nunca ha sido expresado mejor que por Abraham Lincoln, quien durante un periodo de depresión escribió lo siguiente:

Soy actualmente el más miserable de los hombres vivos. Si lo que siento se distribuyera por igual a toda la familia humana, no existiría un solo rostro alegre sobre la tierra. No sé si alguna vez estaré mejor, tengo el horrible presentimiento de que jamás lo estaré. No puedo seguir viviendo así, creo que debo morir o mejorar. 

Efectivamente alrededor del 50% de los suicidios en los Estados Unidos se debe a la depresión clínica. Hace muchas décadas los estudiosos de la conducta humana creían que la depresión es una circunstancia o incapacidad neurótica para afrontar los problemas. Sin embargo, en la actualidad se acepta universalmente que estos trastornos son alteraciones neurobiológicas.

Sé muy bien que esto sonara obstinado para muchos, pero en algún momento de nuestra vida todos pasamos por una depresión sea leve o grave la pasamos, lo importante es como afrontamos esta situación y con qué actitud.
 La mayoría de las personas que sufren una depresión pueden tratarse eficazmente con un fármaco (antidepresivo tricíclico, inhibidores de monoaminooxidasa e inhibidores selectivos de recaptación de serotonina).
Dentro de estos los más éxitos suelen ser aquellos que bloquean la recaptación de serotonina sin afectar la captación de otros neurotransmisores que son los ISRS. (Fluoxetina, Sertralina y Paroxetina)

Esto está bien, pero existen personas que no saben siquiera que están en una depresión, existen personas adultas que viven deprimidas por toda su vida, pareciera que la depresión se vuelve un estilo de vida y lo más triste es que los gobiernos y estados del mundo no piensan en invertir un solo dólar por la salud de su país. Este fenómeno llamado depresión puede prevenirse, pero es necesario invertir en nuestra salud, es necesario invertir en la salud y educación que son los ejes que mueven un país. Referencia: 
Neurociencias / Purves – Augustine – Fitzpatrick – Hall – LaMantia – McNamara – Williams / 3era Edición/ Editorial Panamericana Organización Mundial de la Salud / septiembre 2009 /