La adaptación del WISC-IV que es una batería publicada en EUA en el 2003, ofrece una medida del funcionamiento intelectual general (CIT) y cuatro puntuaciones índices. En esta edición ya no se usa la estructura dual de puntuaciones de CI (Verbal y de Ejecución).
La nueva organización se basa en la teoría y está sustentada en los resultados de investigación clínica y de análisis factorial. Además de proveer un índice de la capacidad intelectual general, la nueva organización del WISC-IV en cuatro índices es similar a la introducida en el WAIS-III (Wechsler, 1997) y brinda puntuaciones compuestas que representan el funcionamiento intelectual en cuatro dominios cognitivos específicos:
- Comprensión
- verbal
- Razonamiento perceptual,
- Memoria de trabajo
- Velocidad de procesamiento.
Adaptación del WISC-IV
Dada la necesidad de contar en nuestro país con una prueba tan válida, confiable y de gran utilidad clínica como lo es el WISC-IV (2003), en 2005 se decidió estandarizar en México la nueva escala de Wechsler con un proyecto financiado en principio por la Editorial El Manual Moderno, con el apoyo de académicos de ocho prestigiadas universidades mexicanas, quienes aportaron sus experiencias, comentarios y reflexiones en la fase experimental. Esta investigación fue dirigida y coordinada desde la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Yucatán por el Doctor Pedro Sánchez Escobedo.
Para adaptar la prueba en México, estudiantes de psicología y educación de diversas entidades de la República Mexicana la aplicaron de manera individual, quienes fueron previamente capacitados y supervisados por los académicos expertos de las instituciones educativas que colaboraron en la estandarización.
En esta investigación participaron 1200 niños y adolescentes escolarizados entre los 6 y 16 años 11 meses de edad (100 por cada grupo de edad). La muestra se tomó de zonas urbanas y suburbanas de 10 estados de la República Mexicana, ubicados en cinco regiones geográficas (sureste, noroeste, occidente, centro norte y centro), además de los del Distrito Federal y el Estado de México. Esta adaptación no pretendió extender los resultados a niños y a adolescentes de zonas rurales, o para aquellos cuya lengua materna no fuera el español.
Para seleccionar la muestra, se consideró balancear a priori el tipo de escuela, el género y que el estudiante fuera seleccionado al azar de un salón regular del grado correspondiente al grupo de edad.
Asimismo, se establecieron con antelación los criterios de exclusión que pudieran interferir con el desempeño en la prueba, como la presencia de discapacidad física o intelectual evidente, la existencia de enfermedad física aguda al momento de la prueba, no tener como lengua primaria el idioma español y provenir del medio rural.
En virtud del control de calidad, se descartaron formas incompletas, mal llenadas o simuladas. La muestra final quedó constituida por 1138 niños y adolescentes mexicanos de zonas urbanas de diversos estratos sociales, de escuelas públicas y privadas.
Todas las pruebas se aplicaron de manera individual en dos tiempos. En el primero, se administraron las primeras ocho subpruebas (hasta matrices) y, en el segundo, las siete subpruebas restantes. Como criterio de aplicación se estableció dar un receso de mínimo 20 minutos a un máximo de 24 horas, a juicio del examinador, tomando en cuenta el cansancio, la capacidad de concentración y la motivación del examinado.
Todos los datos se recolectaron en el periodo del 15 de mayo al 15 de noviembre de 2005. Las aplicaciones realizadas se manejaron de manera anónima y se codificaron para su proceso estadístico. A partir de la estandarización se cambiaron varios aspectos de la prueba:
- Se añadió una leyenda a las instrucciones de Diseño con cubos, que especifica como debe colocarse el examinador.
- Se cambiaron algunos criterios para calificar y discontinuar los reactivos de ciertas subpruebas.
- Se reordenaron los reactivos de las subpruebas, pensando en que su nivel de dificultad sea progresivo.
- Se adecuó el lenguaje de algunos reactivos.
- Se eliminaron algunos reactivos que, al parecer, no fueron contestados por gran parte de la muestra o que no arrojaban información importante de los evaluados.
- Se modificó el protocolo para facilitar la aplicación de la prueba.
- Se encontró que la subprueba Palabras en contexto (Pistas) no era muy efectiva y resultaba muy confusa para los examinados.
- Se modificó la redacción de algunos reactivos para aumentar su claridad.
Cabe señalar, que algunas subpruebas permanecieron intactas (o cambiaron muy poco), ya que resultaron muy útiles para evaluar a las personas y sin complicaciones, éstas fueron Matrices, Búsqueda de símbolos, Registros, Claves y Vocabulario.
Referencia: Esquivel y Ancona Fayne; Maria Ancona; Emilia Gómez “Psicodiagnostico clínico del niño” Aspectos generales de la evaluación del niño. 3era. Edición. Manual Moderno. México, México D.F. 2007. 307 págs.