La proyección un mecanismo de defensa natural

La proyección es un mecanismo de defensa natural que tiene como objetivo primordial mantener el equilibrio del individuo en el medio en el que se desenvuelve. El mecanismo de defensa de proyección funciona como barrera con todo aquello que amenace la existencia psíquica del sujeto tratando de evitar el sufrimiento, la ambivalencia, la angustia y lo que pudiera causar malestar, lo que implicaría pérdida de la homeostasis (equilibrio).

Cuando el equilibro logra mantenerse, estamos ante lo que denominamos conductas adaptadas, que permiten el adecuado desenvolvimiento del sujeto en el medio en el que está inserto. Es importante señalar este mecanismo de defensa solamente evita la respuesta del yo frente al objeto que perturba, pero no eliminan el problema. Por otro lado, frente al fracaso de este mecanismo de defensa el sujeto se enfrenta a los conflictos psíquicos (ambivalencias) lo que provoca ansiedad y en casos extremos puede llegar a la desorganización psicótica culpando a los demás de sus propios problemas o circunstancias. Cuando estamos frente a personas con conductas extremadamente rígidas, debemos pensar en la falla, la ausencia o insuficiencia, o bien en la pérdida de este mecanismo de defensa.

La proyección un mecanismo de defensa natural

La proyección es uno de los mecanismos defensivos, quizá el más básico y primario. La dinámica de la proyección consiste en expulsar de nuestro interior aquellas cosas relacionadas con motivos, impulsos, sentimientos, pensamientos y deseos y colocarlos o atribuírselos a los otros (personas o cosas), para acto seguido reaccionar ante ello. En el acto proyectivo tenemos dos objetivos, por un lado, la ilusión de liberarnos de los elementos que de una u otra manera nos afectan, nos amenazan, nos inquietan y que de esta manera ya no serían nuestros sino del otro.

La proyección nos permite detectar los rasgos de carácter, así como también los problemas, las frustraciones, incluso las ilusiones y las fantasías. Existe una serie de tests basados en la proyección, entre ellos los más conocidos son el Rorschach, Szondi, TAT, TRO, CAT, Machover, entre otros. Podemos detectar la proyección en la comunicación oral, tanto en nuestro discurso, como en el de los otros. También proyectamos en las conductas de quienes nos rodean, estemos atentos a nuestras reacciones emocionales frente a ellas, si nos molestan o afectan es porque seguramente algo nuestro hemos visto y no nos gusta.

La proyección es abordada por las psicoterapias psicoanalíticas, en las que se intenta ingresar al mundo interno del paciente con el objetivo de lograr una mejora y los cambios necesarios para conseguirla.

El psicoanálisis destaca el carácter normal de la proyección, Freud nos habla de las supersticiones, la mitología, el animismo, en cuya base se encuentra la proyección. Como la mayoría de los procesos psíquicos, la proyección en cantidades adecuadas es necesaria para el normal funcionamiento del aparato psíquico.

En cambio, la utilización del mecanismo de manera patológica conlleva una pérdida en la capacidad de reconocimiento de la realidad; lo padecen aquellas personas que no pueden reconocer sus falencias o debilidades porque siempre ponen en el otro sus contenidos inconscientes, lo que desemboca en la distorsión, tanto de las percepciones internas como externas.

Referencia: Müller, María Beatriz “Los dibujos en el abuso sexual infantil” 1a edición. Ituzaingó : Maipue, 2011. Pág 12.