Arquetipos es el nombre que se da por lo general a los tipos de imágenes del inconsciente colectivo que el hombre usa con mayor frecuencia. Otros nombres que le han sido dados son: patrones conduc- tuales, imagos o imágenes primordiales. Un arquetipo siempre está cargado de emoción. Jung y algunos de sus colaboradores dieron nombres a unos cuantos arquetipos, sugiriendo que hay muchos más qye nc han sido identificados y nombrados todavía, y que tienen también mucha fuerza en la constitución de la personalidad del hombre. Algunos son: Dios, demonio, figuras de la madre y del padre, el hijo, nacimiento, muerte, reencarnación, el fin del mundo, y las figuras del héroe y del villano.
En lugar de las fuerzas freudianas del ello, o fuerzas libidinosas del inconsciente, Jung propuso el término sombra para representar los instintos crudos, salvajes y animales del hombre. La conducta moralmente inadecuada, reprendible, proviene del inconsciente colectivo que el hombre hereda de sus ancestros animales. Sin embargo, a diferencia de Freud, Jung sintió que esta sombra, la parte animal del hombre, le ayuda al sujeto a desarrollarse.
Los Arquetipos de Carl Jung
Otro tipo de fenómeno, que Jung denominó sincronicidad, se aplica a los arquetipos. Un pensamiento o un evento pueden ocurrir simultáneamente sin que uno sea causado por el otro. El pensamiento actual sostiene que para cada evento debe haber una causa correspondiente. Jung fue más allá de la revelación causal en el mundo y sugirió que puede existir un plano diferente de relaciones. Proviniendo de su estudio exhaustivo del campo de la parapsicología, y sus manifestaciones en la clarividencia y telepatía mental, sintió que algo opera en el universo más allá de la probabilidad azarosa. Las acciones que no entendemos completamente, que sólo podemos observar, pueden ocurrir al mismo tiempo que las pensamos, pero ninguna ha hecho que la otra suceda. Soñara acerca de una muerte y luego descubrir que ocurrió en la realidad, es un ejemplo de sincronicidad.
Como la sin cronicidad se aplica a los arquetipos, podemos encontrar que un arquetipo surge simultáneamente en dos partes diferentes del mundo. Las culturas orientales y occidentales pueden desarrollar al mismo tiempo en la historia un arquetipo idéntico, aun sin ninguna comunicación entre ellas. La adoración del Sol, la reencarnación y arquetipos similares se pueden considerar como ejemplos. Además de este tipo de sincronicidad entre culturas, ese fenómeno también puede ocurrir dentro de la misma personalidad. Un individuo puede soñar su propia muerte (un arquetipo) y sufrirla en la forma como fue soñada.
Referencia: Cueii José. “Teorías de la personalidad” 3a ed. Editorial Trillas, 1990 (reimp. 2008). México. Pàg 137