Una de las frases más concurridas en el léxico de los estudiantes recién iniciados y neófitos en materia es “te estás proyectando”; sin duda, estas aseveraciones pueden ser válidas pero, ¿realmente se conoce el significado de la proyección como mecanismo de defensa? ¿Se sabe, si quiera, qué es un mecanismo de defensa?
Es bastante sencillo explicar de forma teórica lo que es un mecanismo de defensa como tal, pero al momento de identificarlos en el discurso del paciente la cosa se vuelve complicada, por el simple hecho de que, desde un punto de vista psicoanalítico, todos hacemos uso de estos mecanismos.
¿Por qué surgen los mecanismos de defensa del yo? Es bien sabido que existe una lucha constante entre el Superyó y el Ello por dominar en su totalidad al yo, y explotar de forma impulsiva todas las pulsiones que se ocultan en lo profundo del consciente, preconsciente y el inconsciente.
Los mecanismos de defensa no son nada más ni menos que la forma que tiene el Yo para defenderse de la disyuntiva que presentan los polos opuestos a él.
Entre esos mecanismos de defensa (lo más comunes y estudiados):
- Proyección: La proyección, siendo la más mencionada y la más común, se basa únicamente en la atribución de características propias a una persona ajena al individuo; desde un punto de vista más poético, se refiere a verse reflejado sobre otra persona. Esto hace alusión a la frase “los demás son un espejo puesto para conocerme a mí mismo”.
- Racionalización: La racionalización es un mecanismo de defensa del yo que consiste en justificar todas las acciones que concurre el sujeto con tal de sobresaturación de pensamientos indeseados. Esto por lo general se basa en la lógica, para no buscarle un significado primitivo y real a la situación
- Represión: Este mecanismo sirve para bloquear del consciente todas las representaciones cognitivas que el sujeto manifieste, de manera que estos recuerdos quedan enterrados en el inconsciente.
- Regresión: La regresión se basa en una vuelta al pasado, donde el sujeto se consideraba en un estado más apetecible para él.