Sinopsis:
Uno de los aspectos más importantes de la teoría de Rene Spitz es su investigación en las relaciones objetales o reciprocas entre la madre-hijo. Spitz pretendía postular ideas acerca del inicio del desarrollo de las relaciones objetales, el desarrollo psicológico, las etapas y las anomalías que el niño pueda tener en la relación de objeto, ya que el despliegue progresivo de las relaciones de objeto del niño son más significativas conforme pasen los años.
Spitz argumentaba que durante el primer año de vida del niño, este se esfuerza por sobrevivir, formando y elaborando mecanismos de adaptación que le permitan lograr este objetivo. Sin embargo, el lactante está indefenso e incapaz de sobrevivir por sus propios medios por lo que necesita la ayuda proporcionada por la madre quien es la que brinda y/o satisface las necesidades del niño. De esta situación el autor adquirió el concepto de diada.
Desarrollo:
Conforme se satisfagan las necesidades que el infante presente durante el primer año de vida empieza a ser independiente al medio que lo rodea. Aunque Spitz adquiere la postura de Freud rechaza toda suposición sobre la representación de procesos intrapsíquicos en el infante desde el nacimiento. Por lo que Spitz mencionaba que el niño no posee pensamiento al nacer, este postulado lo explico basándose en la experiencia que adquiría de sus investigaciones.
Relaciones objetales del infante
Para Rene Spitz el infante es un organismo psicológicamente indiferenciado, ya que las estructuras y funciones psicológicas se van diferenciadas de manera progresiva por medio de la maduración y el desarrollo.
Para Spitz la maduración es el proceso por el que el infante muestra un desarrollo filogenético establecido por la especie, es decir que son conductas resultantes del organismo y el medio interno y externo del infante.
La libido es un material primitivo que esta expresada en la fuerza psíquica heredada y que necesita ser utilizada en el curso de la evolución del infante, pero este papel esta enajenado a los primeros contactos humanos, especialmente la relación del niño con la madre.
Spitz sospecha que durante el desarrollo psíquico existen organizadores equivalentes, es decir, estructuras de funcionamiento psíquico que son la consecuencia de una línea en la integración del nacimiento, y que Spitz denomina organizadores de la psique.
En medio del desarrollo de la personalidad existen periodos que operan de diferente manera, por ejemplo la estructura psíquica adquiere un nivel más elevado conforme pase el tiempo, a esto Spitz llamaba Organizador ya que es el resultado de la integración completa.
Las observaciones de Spitz dedujeron que el aspecto más importante de la relación madre-niño es el clima afectivo. Spitz opinaba que la conversación continua de acción y respuesta con el infante, motivado por el aspecto afectivo y estimulante, proporciona el contexto en el que aparecen las relaciones de objeto y las estructuras intrapsíquicas. De manera que la conversación y dialogo entre madre-hijo se inicia en la situación de amamantamiento, pero pronto se extiende más allá del mismo.
Las experiencias de afectividad son una fuente de alimento para la vida del infante, por lo que deben de ser consideradas como organizadoras de la interacción temprana entre la madre-hijo. El dialogo se vuelve una experiencia afectiva cuando está acompañado de expresiones faciales no verbales, acciones físicas, respuestas interactivas, acciones lúdicas con el infante, y la comunicación asertiva.
Por lo tanto, el principal propósito de las relaciones objetales deben de estar regidas por un sistema de comunicación temprano que logre sostener y enriquecer los lazos afectivos entre madre-hijo para propiciar un desarrollo óptimo desde el punto de vista psicológico del infante.
Referencia:
Revista de investigación en psicología “las relaciones objetales y el desarrollo del psiquismo: una concepción psicoanalítica”, vol. 13, n. º 2