El Horror al incesto:
En los aborígenes de australianos, no se construyen casas ni cabañas sólidas, no cultivan el suelo, no poseen ningún animal doméstico, e ignoran incluso el arte de la alfarería. Se alimentan exclusivamente de la carne de toda clase de animales y de raíces que arrancan de la tierra. No tienen ni reyes ni jefes, y los asuntos de la tribu son resueltos por la asamblea de los hombres adultos. Además se imponen la más rigurosa interdicción de las relaciones sexuales incestuosas.
Los australianos se dividen en grupos más pequeños (clanes), cada uno de los cuales llevan el nombre de su tótem.
Un tótem por lo general, es un animal comestible, inofensivo o peligroso y temido, y más raramente una planta o una fuerza natural que se hallan en una relación particular con la totalidad del grupo. El tótem es, en primer lugar, el antepasado del clan y en segundo, su espíritu protector y su bienhechor.
El tótem es transmitido hereditariamente, tanto por la línea paterna como materna.
El tótem no se halla ligado al suelo ni a una determinada localidad. Los miembros que pertenecen a este tótem pueden vivir separados unos de otros y en paz con individuos de tótem diferente.
En casi todos aquellos lugares en los que este sistema se halla en vigor comporta la ley según la cual los miembros de un único y mismo tótem no deben entrar en relaciones sexuales y por tanto, no deben casarse entre sí. Es esta la ley de la exogamia, inseparable del sistema totémico.
Con la ayuda de algunas consideraciones se intenta comprender su significado:
La violación de esta prohibición no es seguida de un castigo automático del culpable. Pero es vengada por la tribu entera, como si se tratase de alejar un peligro que amenazara a la colectividad o las consecuencias de una falta que pesase sobre ella.
b) también las aventuras amorosas anodinas, esto, aquellas no seguidas de procreación, son idénticamente castigadas, habremos de deducir que la prohibición no se ha inspiarado en razones de orden práctico.
Los hijos varones o hembras, tendrán todos el tótem de la madre. Un hijo nacido de este matrimonio se hallará, pues, en la imposibilidad de entablar relaciones incestuosas con su madre y su hermana, pertenecientes al mismo clan.
d) La exogamia inherente al sistema totémico tiene otras consecuencias y persigue otros fines. Prohíbe, en efecto, al hombre la unión sexual con cualquier otra mujer de su grupo; esto es, con un cierto número de mujeres a las que no se halla enlazado por relación alguna de consanguinidad. Son consideradas como consanguíneas suyas.