Guía general de evaluación neuropsicológica

A continuación se presenta una Guía general de evaluación neuropsicológica que con frecuencia utilizan los profesionales de la salud mental:

A. Planeación de la evaluación

  1. Obtener información acerca del motivo de la referencia y pedir el historial del paciente a la fuente de la referencia.
  2. Solicitar y revisar la información histórica disponible y los registros referentes al historial médico, social, psicológico, educativo y vocacional del paciente.
  3. Seleccionar las pruebas neuropsicológicas disponibles para los fines de la evaluación.

Éstas pueden integrar una batería fija o flexible que sea breve o exhaustiva o que conste de una sola prueba dirigida, dependiendo de la interrogante de la referencia, el posible diagnóstico y la capacidad del paciente de cooperar o tolerar la administración de las pruebas.

B. Evaluación

  1. Entrevistar al paciente y, cuando sea necesario (p. ej., un niño, un paciente con lesión cerebral traumática, un paciente con enfermedad de Alzheimer conocida o presumida), al pariente o cuidador que le acompañe, para integrar el historial médico, social, psicológico, educativo y vocacional.
  2. Administrar las pruebas neuropsicológicas siguiendo todas las instrucciones de manera explícita. Anotar cualquier desviación con respecto del protocolo estándar. Ajustar o modificar las pruebas que vayan a ser administradas con base en la información obtenida a través de entrevista u observación.
  3. Durante la entrevista y la administración de las pruebas, observar y anotar la conducta del paciente que resulte relevante para la interpretación de las pruebas (p. ej., esfuerzo, ansiedad, dificultades de lenguaje, alteración emocional).
  4. Calificar las pruebas en la medida en que se vaya desarrollando su administración para garantizar que se extraiga la información adecuada por cada pregunta de prueba.

C. Puntuaciones de los hallazgos de la evaluación

  1. Terminar de calificar todas las respuestas individuales que no hayan sido completadas durante la evaluación.
  2. Hacer una tabulación con las calificaciones en crudo y convertirlas a puntuaciones escalares, puntuaciones estándar y puntuaciones de otro tipo, como por percentil. Calcular todas las puntuaciones compuestas e índices de discapacidad según sea necesario para la batería de pruebas.
  3. Verificar dos veces todas las calificaciones, para asegurar que se realicen las ta- bulaciones y conversiones adecuadas.
  4. Hacer una comparación cruzada de calificaciones entre distintas pruebas de ser necesario (p. ej., puntuaciones compuestas del WAIS-IV y puntuaciones de índice del WMS-IV).

D. Interpretación de los hallazgos obtenidos por la evaluación

  1. Etapa Uno. Establecer los índices de base para la interpretación o de predominio de las condiciones probables.

a. ¿Cuál fue la interrogante que motivó la referencia? ¿Cuál fue el propósito de la evaluación (p. ej., rehabilitación, diagnóstico, evaluación global general del funcionamiento)?

b. ¿Cuál es la probabilidad de que el paciente tenga discapacidad cognitiva

dados la fuente de la referencia y el historial? Se debe tomar en cuenta el índi- ce de base o el predominio de disfunción cerebral dados la fuente de la referencia (p. ej., pabellón de cuidados médicos intermedios, compensación laboral, psicólogo escolar), y el historial del paciente (p. ej., accidente cardiovascular, lesión de cabeza cerrada sin pérdida de la conciencia, dificultades académicas severas, lengua materna).

c. ¿Proporcionanlasobservacionesdelaconductainformaciónacercadelaposible fuente o de algún elemento contribuyente que se haya encontrado (p. ej., somnolencia, propensión a la distracción, esfuerzo subóptimo, desorden de pensamientos, dificultades para hallar las palabras adecuadas, comprensión pobre)?

d. ¿Qué factores además de daño cerebral pudieron haber afectado el desempeño del paciente (p. ej., edad, educación, motivación, esfuerzo, ansiedad, antecedentes culturales, dificultades psiquiátricas)?

  1. Etapa Dos. Determinación del nivel de función premórbida.

a. ¿Qué nivel de funcionamiento premórbido sugieren los logros educativos y vocacionales del paciente?

b. ¿Qué nivel de función premórbido sugiere el desempeño en pruebas de Hold (p. ej., Vocabulary del WAIS-III)?

c. ¿Qué nivel de función premórbida sugiere el desempeño en pruebas que requieren lectura de palabras irregulares (p. ej., AMNART o WTAR)?

d. ¿Qué nivel de función premórbida estima la fórmula demográfica de IQ del Barona et al. (1984)?

  1. Etapa Tres. Determinación de la presencia de daño o disfunción cerebral.

a. ¿Se mostró el paciente suficientemente atento y cooperativo y dio su mejor esfuerzo, de modo que los resultados de las pruebas probablemente sean confiables y reflejen de manera válida su desempeño óptimo actual?

b. En caso de que se hayan administrado pruebas específicas de motivación y de conformidad (p. ej., TOMM, VIP), ¿sugirió el desempeño del paciente esfuerzo subóptimo o exageración de síntomas que pudieran disminuir la confiabilidad y la validez de los resultados de las pruebas?

c. ¿Fue algún factor como cultura o lengua principal diferente de los de las pruebas estandarizadas que se emplearon? ¿Pudo esto haber afectado el desempeño de las pruebas y reducido la validez de éstas para medir las funciones para las que fueron diseñadas y de predecir la presencia de las condiciones en cuestión?d. ¿Hubo evidencia de algún trastorno psiquiátrico que pudiera explicar algunos de (o todos) los hallazgos?e. ¿Caen las calificaciones de prueba en un rango normal para individuos similares al paciente en cuanto a edad y educación?

f. ¿Se ubican las calificaciones de las pruebas en el rango esperado de acuerdo a los logros educativos y vocacionales específicos del paciente?

g. ¿Qué tanto discrepan los resultados con respecto a los hallazgos esperados? En otras palabras, ¿qué sugieren los hallazgos en cuanto al grado del déficit: leve, moderado o severo?

h. ¿Proporcionan los resultados evidencia consistente de un déficit en uno o más dominios cognitivos?

i. ¿Son consistentes los resultados tanto en tipo como en grado con los resultados es- perados dadas la interrogante motivo de la referencia y la etiología sospechada?

4. Etapa Cuatro. Establecimiento de inferencias sobre daño o disfunción cerebral.

a. ¿Sugiere el patrón de déficits que éstos son relativamente aislados, con un patrón de fortalezas y debilidades bien definido (p. ej., memoria en contraposición con percepción o lenguaje)?

b. ¿Caen los déficits en una de las categorías clásicas de neuroconducta (p. ej., afasia, agnosia, apraxia, rechazo o descuido, alexia o amnesia)?

c. ¿Sugieren los déficits un patrón generalizado de déficits que afecten a múltiples dominios cognitivos, incluyendo al IQ?

d. ¿Sugiere el historial de los síntomas una etiología de impacto focal (p. ej., ataque de incidencia simple), multifocal (p. ej., lesión de cabeza cerrada) o difuso (p. ej., enfermedad tóxica y metabólica)?

e. ¿Sugiere el historial una aparición lenta (p.ej.,neoplasma) osúbita (p.ej.,accidente cardiovascular), o un problema de mucho tiempo (p. ej., retardo mental)?

f. ¿Sigue el progreso de los síntomas y déficits una etiología en particular? En otras palabras, ¿ha sido el deterioro gradual y consistente, sugiriendo trastornos como enfermedad de Alzheimer o de Parkinson, o fue el deterioro irregular e inconsistente, sugiriendo trastornos como esclerosis múltiple?

E. Comunicación de los hallazgos de la evaluación

  1. Redactar un reporte que contenga la información de la referencia médica, historial relevante, observaciones de la conducta, pruebas administradas, y resultados de las pruebas, interpretaciones y recomendaciones.
  2. Comunicar los resultados a la fuente de la referencia y, si esto es apropiado, tenga una sesión de retroalimentación con el paciente.

Referencia: Hebben, Nancy ”Fundamentos para la evaluación neuropsicológica”. Editorial El Manual Moderno, 2da ediciòn. Mèxico. 2011. Pàg. 215

evaluación neuropsicológica