Freud desarrolla la hipótesis de la seducción

Hipótesis de la seducción:  Intrigado por la dirección que tomaban sus investigaciones clínicas, Freud se planteó la pregunta lógica ¿por qué deberían ser las experiencias y los motivos sexuales el denominador común en los casos que había observado? Sospechaba que la respuesta sólo podría encontrarse mediante el examen de la respuesta defensiva fundamental del neurótico a lo que Freud llamo represión.

Freud desarrolla la hipótesis de la seducción

En los pacientes que Freud había tratado, sólo se reprimía el contenido emocional que era lo bastante intenso para abrumar al yo. Por tanto, era lógico esperar que si los motivos sexuales eran el común denominador, cualquier emoción conectada con la experiencia sexual de los pacientes habría sido de igual intensidad. Pero hay un problema con esta suposición. La mayoría de los pacientes de Freud podían localizar, por medio del análisis, las experiencias sexuales cruciales en los años de su niñez cuando, supuestamente, su capacidad física para la estimulación sexual era subdesarrollada o inexistente. Por consiguiente, la seducción por un adulto en la niñez no podía haber dado lugar a una plena comprensión o a una total excitación sexual con el acompañamiento normal de la excitación emocional. Entonces, ¿cómo podrían esos sentimientos relativamente leves de la niñez haber sido lo bastante intensos para provocar la represión? La secuencia temporal estaba equivocada. Lógicamente, la secuencia tendría que haber sido, primero, alguna experiencia sexual como una seducción forzada por parte de un adulto; luego, la represión de la experiencia debido a la intensidad del conflicto entre los sentimientos de excitación placentera y los de culpa o angustia; y, por último, el brote de los síntomas neuróticos en representación de los impulsos reprimidos. Sin embargo, si la seducción traumática había tenido lugar en la niñez, como muchos de sus pacientes informaban, esta secuencia era imposible. No podría haber existido en el niño la suficiente excitación o placer sexual para establecer un conflicto lo bastante intenso para desencadenar la represión en ese momento. Para que hubiera ocurrido la represión tenía que plantearse la secuencia invertida y colocar a la represión al final del proceso.

Freud desarrolló la siguiente formulación de la hipótesis de la seducción para explicar todos los casos de neurosis histérica. La experiencia sexual (la seducción) ocurre primero; luego, se presenta una amnesia de dicha experiencia hasta que en la madurez algún estímulo o situación desencadena por su semejanza el recuerdo del incidente; por último, ocurren la represión y la formación del síntoma después que se ha alcanzado la madurez.

En otras palabras, la neurosis no era un producto de la niñez, sino un proceso que empezó en los primeros años y que se concretó en la madurez. Freud examinó con cuidado la nueva hipótesis. Sabía que, por lo general, un adulto se excita sexualmente cuando alberga fantasías o pensamientos sexuales. Esta excitación física real siempre es más intensa que cualquier recuerdo secundario posterior de la experiencia. Pero si su razonamiento hasta este punto era correcto, una seducción sexual sufrida antes de la madurez física (es decir, antes de los ocho o diez años) se experimentaría sólo como un recuerdo algo desvanecido en los años posteriores de la madurez. Por tanto, se hace necesario suponer que el recuerdo es intensificado por alguna otra fuente de energía.

Freud supuso que la fuente de energía era la excitación corporal asociada con la excitación sexual. Además, supuso que la excitación sexual física podía reencauzarse en excitación emocional psicológica. El resultado sería una conversión de la energía biológica física en energía mental psicológica. Si dicho proceso fuese posible, entonces la memoria de la experiencia anterior (es decir, la seducción), iniciaría la excitación corporal postergada algunos años después de la experiencia, cuando el individuo hubiese desarrollado la capacidad biológica para presentar la respuesta somática apropiada. En esta versión demorada es el recuerdo de la experiencia lo que conduce al tipo de excitación física intensa que sería más fuerte que la propia experiencia de seducción pasiva original.

En la adultez, una ansiedad y culpa proporcionales acompañarían y aumentarían la imagen de la memoria (intensificándola) para dar lugar a la situación psicológica conflictiva que no fue posible durante la experiencia real en la niñez.