De manera sencilla se puede describir que el acompañamiento puede ser el simple hecho de estar presente, parado, sentado, recostado, pero transmitiendo la sensación de que se acompaña.
Acompañar implica compartir, estar presente, presenciando los sentimientos y pensamientos de otra persona. Se puede también platicar, la conversación es una excelente forma de acompañar.
Se puede acompañar a alguien sin hablar, la sola presencia de estar en el momento indicado funciona como acompañamiento.
Objetivos del acompañamiento con adolescentes:
- Generar un espacio de expresión.
- Favorecer el desarrollo emocional del adolescente
- Brindar elementos de identidad.
- Brindar un espacio en donde se sientan “Alguien para alguien más”.
- Motivar al mejoramiento interpersonal, familiar, escolar, social y espiritual.
Aparentemente es sencillo acompañar en un proceso terapéutico. Sin embargo, para poder desarrollar esta técnica se necesita de un conjunto de habilidades esenciales como las siguientes:
Saber escuchar
Es importante oír lo que se nos dice pero también escuchar lo que el otro dice entre líneas. Básicamente es prestar atención a todo lo que diga y haga el paciente, de esta manera se logra entender la situación que aturde al paciente.
Saber mirar
En el caso de los adolescentes una mirada puede decir más que cien palabras. Por lo que se debe ser cauteloso para no intimidar, asustar o presionar al adolescente. Una mirada empática brinda un clima de confianza en terapia.
Saber comunicar
El terapeuta debe estar seguro de lo que comunica. Si el paciente no logra recibir los mensajes que el terapeuta comunica es necesario que el terapeuta adopte nuevas estrategias de comunicación.
Saber evitar las confrontaciones
No es de extrañarse que los adolescentes traten de confrontar todo lo que el terapeuta pretenda trabajar en terapia. Por lo regular, el adolescente confronta todo lo que dice el terapeuta porque cree que el terapeuta está a favor de los padres. Es deber entonces del terapeuta demostrar lo contrario.
Saber respetar a los demás
Parte del respeto que se pueda mostrar al paciente es que el terapeuta se “baje” al nivel del paciente. Por ejemplo: si el adolescente es un estudiante de secundaria o preparatoria, el terapeuta debe adaptar la terapia para que sea de fácil comprensión al adolescente.
Ser empático
Ser empático es ponerse en el lugar del otro. El terapeuta debe saber dejar en segundo término lo que a él le interesa e interesarse por el paciente hasta donde sea posible, sin involucrarse demasiado. Eso es mostrar empatía.
El acompañamiento favorece a que el adolescente tenga sanas relaciones interpersonales en cualquier ámbito ya que implica el desarrollo afectivo y el poder conseguir aceptar al otro con sus cualidades y defectos.
El acompañamiento favorece también la expresión de los afectos en las relaciones sociales. Por ejemplo, si se acompaña a la persona hacia las relaciones en las que prevalezcan afectos como alegría, ternura, amor, paciencia, perseverancia, simpatía, admiración, lealtad, sinceridad, se favorece el crecimiento y la salud mental del acompañado.
El acompañamiento es una herramienta psicológica que se puede emplear en la entrevista cuando el adolescente tiene dificultades para hablar o participar en alguna actividad con el entrevistador, tales como dibujar, jugar, ver videos, etcétera. Ayuda a facilitar el proceso de la entrevista y en sí mismo tiene valor diagnóstico y terapéutico
Referencia: Nahoul Serio, Vanessa “Técnica de la entrevista con adolescentes” integrando modelos psicológicos. 1a edición. Editorial Brujas, Córdoba, Argentina. 2014. Pág. 175