Eventos Policausales

Introducción:

La disposición que cada camino del ser humano en el proceso de madurez guarda en su trayecto un sin número de coyunturas que lo llevan al límite de sus conocimientos, estados anímicos, deseos y actitudes. Este recorrido en ocasiones es sistematizado cuando el conocimiento se encuentra presente o totalmente desconcertante cuando el conocimiento llega al límite de lo aprendido, surgiendo el paso fundamental del desarrollo, la madurez.

Desarrollo:
La dinámica cotidiana de un individuo guarda una gama de propiedades psicológicas que le permiten interactuar con la fenomenología que acarrea el caminar por senderos construidos para alcanzar los proyectos planteados; de esta manera se acondicionan estados anímicos, que no son más que la conjugación entre emociones y sentimientos; informaciones que al conjugarse con el tiempo se convierten en conocimientos; condiciones de las situaciones que dan la guía para efectuar un comportamiento, conjugando estas propiedades psicológicas de un individuo obtenemos una actitud ante un suceso, la mayoría de las actitudes se encuentran influenciadas por las experiencias que coexisten en su ambiente conllevando el desarrollo, el estancamiento o el retroceso de la madurez mental.

Tales experiencias que generan comportamientos dan la factibilidad de avanzar un paso hacia adelante con respecto al aprendizaje cognitivo en solución de conflictos o interacción situacional. Enrique Pichon-Riviére propuso una teoría de explicación matemática del aparecimiento patológico en trastornos mentales, la policausalidad situacional se aplica en la diferencia entre normalidad y patológico para un individuo ante las conductas emergentes frente a la diversidad de orígenes de estos comportamientos. Pichon-Riviére en sus teorías habla de tres tipos de factores que constituyen la policausalidad, en la actualidad los podemos traducir en los fenómenos psicológicos que tienen aspectos predisponentes, determinantes y desencadenantes de conductas.

Cada eventualidad que surge en el trayecto de ser humano implica aspectos duales que se oponen entre cada vivencia, la finalidad de cada evento adverso o favorable conduce al individuo a adoptar nuevos comportamientos que son acordes para la eventualidad que ha surgido “policausalmente”. La clave de diagnóstico para profesionales de la conducta humana radica en la percepción de la forma de interacción del individuo ante sus enventualidades con una evaluación adecuada del empleo de sus propiedades conductuales. Recalcando el desajuste de sus propiedades psicológicas denota el aparecimiento no siempre de una patología pero si el desplazamiento de su acostumbrada quiescencia psicológica. Esto se encuentra a la disposición del psiquismo de un individuo, ya sea su personalidad, su nivel intelectual, su procedencia étnica, etc.

Paulo Coelho en una de sus obras, 11 Minutos, textualmente refiere: “En cuanto quisiese, podría abrir la puerta y marcharse, pero siempre recordaría que había tenido el coraje de llegar hasta allí, negociar y discutir cosas sobre las que, en ningún momento de su vida, había osado pensar. No era víctima del destino, se repetía cada minuto, estaba corriendo sus riesgos, yendo mas allá de sus límites,…”. Todas las eventualidades hacen que el individuo crezca en todo el aspecto psíquico que es conformado, lo que le permite madurar. La falta de información, estados emocionales inadecuados y deseos que van más allá de las necesidades y posibilidades ante una nueva eventualidad puede diluviar sin número de dudas para adaptarse al nuevo evento que ha surgido y un consecuente desajuste psicológico.

Conclusión:

Sea cual fuere la nueva eventualidad surgida, los libros más vendidos sobre autoayuda orientan hacia una adecuación interna conjugando las propiedades psicológicas, sin duda es un apoyo para el trayecto pero lo ideal es actuar con los propios recursos, indagando el nuevo evento o el actuar, evaluando la manera de reaccionar o de sentir este evento nuevo, compararlo con perspicacia entre eventualidades posteriores y afrontarlo con asertividad.

“No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no le temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada” Friedrich Nietzsche