¿Qué es una inferencia clínica?

La inferencia clínica denota la calidad profesional de un terapeuta ya que el nivel de interpretación que demanda, requiere de mucha experiencia en la elaboración y desarrollo de informes psicológicos por parte del terapeuta.

En el año 1,967 L’Abate explico que las inferencias son necesarias para la interpretación de los materiales de prueba. Así, una inferencia clínica es un eslabón verbal en el cual las respuestas específicas de un test se relacionan en una categoría mayor de conceptos. Las inferencias forman el nexo básico entre las respuestas dadas a los tests (base empírica) y las hipótesis de mayor grado de abstracción que el terapeuta realiza durante el proceso de diagnóstico.

Niveles de inferencia clínica

L’Abate realizo diversos aportes en el ámbito clínico, uno de ellos es crear los niveles de inferencias que se presenta a continuación en una sistematización en cuatro niveles:

Nivel I

Se interpreta lo observado en un segmento de conducta manifiesta, ya sea en un dibujo, en una historia, en una respuesta perceptiva, en el discurso, entre otros. Este tipo de interpretación se utiliza como forma de su comportamiento habitual. Implica un mínimo nivel de inferencia y esas observaciones se pueden reconocer con otros datos aportados por el mismo paciente, por familiares o por otras personas.

Por ejemplo: en la técnica gráfica de Familia Kinetica, el paciente no se dibuja a sí mismo. A partir de ese indicador el psicólogo infiere una situación familiar adversa. Es fácilmente comprobable.

Nivel II

Implica un nivel de abstracción mayor. La información obtenida a través de datos manifiestos se generaliza en categorías descriptivas más amplias.

En el ejemplo anterior, en la técnica grafica de la Familia Kinetica el sujeto no se dibuja a sí mismo por la ansiedad y la tensión que le genera su entorno familiar.

Nivel III

A la conducta manifiesta del sujeto se la interpreta como expresión de un rasgo intrapsíquico que lo contiene.

En el ejemplo dado, el psicólogo puede hipotetizar que la omisión del sujeto estaría expresando el choque con figuras parentales frustrantes. Siguiendo una línea interpretativa se deduciría que puede desplazar ese conflicto a otras figuras de autoridad.

Nivel IV

Los datos de las conductas se integran y se organizan alrededor de una teoría de la personalidad.

Continuando con el ejemplo de la técnica proyectiva: el sujeto se omite debido a la rivalidad con la figura parental masculina por falta de resolución satisfactoria del Complejo de Edipo.

En este nivel se construye una hipótesis teórica difícil de contrastar empíricamente. Cabe aclarar que en el informe escrito no se deben incluir conceptos teóricos (por ejemplo, Complejo de Edipo) sino proceder a su elaboración y transmitirlos en un lenguaje comprensible para el receptor.

Algunos ejemplos dados por Klopfer, que ilustran cómo se pueden traducir los conceptos en un lenguaje básico son:

1) “El paciente es sumamente narcisista”

Puede ser traducido como:

“El paciente está tan preocupado por sí mismo que le resulta difícil interesarse por la otra gente”.

2) “El paciente es extremadamente defensivo”

Puede ser traducido como:

“El paciente trata de no aceptar sus propios sentimientos por cuanto amenazan su seguridad, al hacerlo aparecer como un individuo irracional e inestable”.

3) “Las defensas que emplea el paciente son…”

Puede ser traducido como:

“Los métodos que suele emplear el paciente para reducir su estado de ansiedad son …”.

4) “El paciente sufre de ansiedad fluctuante”

Puede ser traducido como:

“El paciente se siente generalmente muy incómodo y molesto sin realmente conocer las razones para ello, ni ser capaz de hacer algo para vencer este estado”.

5) “La hostilidad del paciente parece estar muy reprimida”

Puede ser traducido como:

“El hacerle notar al paciente sobre su estado de hostilidad origina un estado de rechazo de su parte, debido a la incomodidad que ello le ocasiona”.

Referencia: L’Abate, L. “Principios de psicología clínica” Editorial Paidós. Buenos Aires, Argentina. 1967. Pág. 44.