Los estilos de crianza están relacionados con las actitudes de los padres ante la educación de los hijos y se pueden agrupar en tres grandes categorías: autoritario, democrático y negligente.
3 estilos de crianza que afectan a los niños de edad preescolar
Estilo autoritario:
Los padres que utilizan este estilo valoran sobre todo la obediencia y el control. Tratan de hacer que los niños se adapten a un estándar de conducta y los castigan con dureza si no lo hacen. Son más indiferentes y menos afectuosos que otros padres. Sus hijos tienden a estar más inconformes, a ser retraídos e insatisfechos. Se ha encontrado que el castigo físico y sobre todo cuando hay mucha dureza puede provocar conductas disruptivas en los hijos así como agresión
Estilo permisivo
Las características que se relacionan con el estilo negligente son la indiferencia ante las actitudes y comportamientos de los hijos, permisividadpasividad y ausencia de una acercamiento e implicación continua. Son padres que valoran la autorregulación y la autoexpresión. Hacen pocas exigencias a sus hijos, dejan que sean los mismos niños quienes controlen sus propias actividades tanto como sea posible. Consultan con sus hijos las decisiones y rara vez los castigan. No son tan controladores y exigentes. Sus hijos en edad preescolar tienden a ser inmaduros, con menor capacidad de autocontrol y menor interés en explorar.
Algunos investigadores señalan que como los hijos no encuentran en sus padres el refugio y apoyo al cual acudir ante situaciones estresantes, pueden desarrollar comportamientos llamativos y desadaptados para requerir su atención, entre los que se encuentran las conductas agresivas. Los padres y madres de niños agresivos parecen carecer de las habilidades necesarias para identificar y resolver crisis o problemas. La consecuencia que aparece a medio plazo es que el niño no adquiere un conocimiento real de las normas y su socialización se ve alterada
Estilo democrático
Estos padres respetan la individualidad del niño aunque hacen énfasis en los valores sociales. Dirigen las actividades de sus hijos de un modo racional. Respetan los intereses, las opiniones y la personalidad de sus hijos, aunque también los guían. Son cariñosos y respetan las decisiones independientes de sus hijos, aunque se muestran firmes para mantener las normas e imponen castigos limitados. Explican a los hijos los motivos de sus opiniones o de las normas y favorecen el intercambio de opiniones. Los hijos se sienten seguros porque saben que sus padres los quieren y porque saben lo que se espera de ellos. En edad de preescolar, los hijos de estos padres tienden a confiar más en sí mismos y a controlarse, manifiestan interés por explorar y se muestran satisfechos.
Desde la perspectiva interactiva y bidireccional se debe de tener en cuenta que los padres no practican un solo estilo y de forma continuada a lo largo de la crianza, y que la respuesta al uso de un determinado estilo educativo estará condicionada por las características del niño. Cabe señalar que, a pesar de estar situados en el microsistema, la utilización de un estilo y otro estará influido por variables exo y macro-sistémicas como el estatus socioeconómico y las creencias religiosas. Desde el punto de vista preventivo y educativo, la formación de los padres para la crianza debe incluir una difusión y aprendizaje de estrategias características del estilo democrático.
Referencia: Emilia Lucio Gómez Maqueo, Cristina Heredia y Ancona. “Psicopatología : riesgo y tratamiento de los problemas infantiles “ 1ª edición. — México : UNAM : Editorial El Manual Moderno, 2014.Pág 42