Caso de acoso escolar

caso de acoso escolar

Carlos es un alumno brillante en sus producciones artísticas de clase, un buen estudiante y con buen físico. Actualmente está en primero de carrera y ha hecho importantes exposiciones de pintura.

El problema se produjo en 4to. Año de secundaria cuando unas alumnas empezaron a acosar al alumno con comportamientos tales como llamadas telefónicas anónimas, llamar al timbre de su casa y desaparecer, enviarle mensajes groseros… conductas que no llegaron a trascender al instituto.

Carlos habitualmente no se relacionaba mucho. En clase tenía un comportamiento ejemplar y era muy responsable con su trabajo. Aparentemente no se daba ningún conflicto dentro del aula hasta que un día se creó una situación que, posteriormente, se supo que había sido un comportamiento casi diario.

El grupo de alumnas que le ponía mensajes, hacia llamadas, etc. Se metieron con él y con su trabajo hablando entre ellas lo suficientemente alto como para que él se enterara, lo que provoco una reacción de pérdida del control, tirando un bote de pintura que tenía en la mano, con tal mala fortuna que le dio a una de esas alumnas. No le hizo daño pero ellas provocaron un gran escándalo para que pudieran culparle. Él pidió disculpas y se mostró disgustado.

Posteriormente, la madre de la agredida llamó al instituto diciendo que iba a denunciar al compañero, que el centro no podía quedarse tranquilo. La madre, sindicalista activa, liberada por el sindicado y conocedora de los temas legales sobre educación, solicitó que se expulsara al alumno del instituto.

Tratamiento e intervención

  • El tutor hablo con el alumno; seguidamente acudió a su padre exponiendo el acoso al que había estado sometido su hijo.
  • Siguió todo un proceso de dialogo para identificar la verdad hasta la deducción de que lo que contaba el muchacho era cierto. Los tutores de las chicas y del chico hicieron entrevistas hasta llegar a identificar la verdad.
  • La madre de la chica agredida envió por escrito su demanda y fue a hablar con el tutor, con la jefa de estudios y con el director.
  • Reunida la comisión de convivencia se le entregó el escrito de la madre en el que amenazaba con hacer una denuncia en el juzgado. También acudieron a la comisión los dos tutores.
  • Se invitó a acudir a esa comisión al alumno y al padre. Una vez escuchados ambos, la comisión de convivencia con los tutores analizaron los hechos y se decidió poner en conocimiento de los alumnos y de la madre la situación generada por las alumnas. Aunque en principio presentaron dificultad para admitir los hechos, la madre llegó a reconocer la tensión que habían provocado.
  • Posteriormente se tuvo una entrevista con la madre y con las alumnas, las cuales admitieron, aunque con dificultad, que ellas habían presionado a Carlos, hasta que reaccionó como lo hizo.

Es de subrayar la claridad que hubo en el tratamiento del problema con todas las partes, dejando patente que, tarde o temprano, los problemas salen a luz. Se evitó que hubiera vencedores y vencidos de forma que todos asumieran su parte de responsabilidad.

La insistencia de los tutores, que resultó ser un elemento fundamental, el defender a sus alumnos, ayudó a pensar en un tratamiento del problema lo más favorecedor para ambas partes.

Al final se pensó en una sanción menor para el chico por haber tirado el bote de pintura, las chicas tuvieron que aclarar el problema creado a su compañero y pedirle perdón, prometiendo que no iba a suceder nunca más.

Este caso de acoso escolar se logró solucionar por medio del dialogo. Aunque cabe mencionar que este tipo de tratamiento no funcionara en todos los casos ya que en algunos se requerirá de un procedimiento mayor.