La habilidad infantil de jugar es etapa de la vida y una capacidad que se olvida con los años, desde mi punto de vista considero que la mayoría de los adultos pierden esta habilidad. Esto sucede porque continuamente viven en estrés. La buena noticia es que podemos recuperada en gran parte de esta habilidad aplicando algunos pasos sencillos en nuestra vida cotidiana, a continuación explicare algunas maneras de cómo recuperar la habilidad infantil de jugar:
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Deja en tu vida un espacio para el juego
Conviene realizar alguna actividad deportiva y/o lúdica. Durante su práctica, empiezas a tener contacto con tu capacidad de diversión infantil de manera que después es más fácil que en otras actividades, aflore esta capacidad que puede estar dormida. Además el deporte es bueno para tu estado de salud.
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Experimenta el placer del juego en sí
Es útil respirar para sentirse más ligero, esta sensación te conduce a la experiencia más primitiva: la que disfrutabas antes de nacer, retornándote a la situación actual con menos tensiones. Para sentirte jugando debes sumergirte totalmente en el aquí y ahora. Prácticamente es disfrutar del momento sin pensar en todo aquello que nos provoca estrés y tensión.
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No te presiones
Ponerte marcas, objetivos o depender de un equipo son cosas que convierten el juego en un trabajo, algo que debe ser de cuidado. Puedes recordarte a ti mismo que sólo estás jugando, que no quieres batir récords ni profesionalizarte; que eres un amateur en este juego y que lo haces por amor al mismo, sin otro propósito. El juego, es un juego y debe tomarse como tal sin incluir emociones negativas como enojo, ira, agresión, entre otras. De esta manera, quitas toda presión de ti.
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Aprende de los niños
Poniéndote a su altura, te será más fácil recuperar la capacidad de divertirte. Es recomendable hacer bromas con los niños. Por ejemplo, si has sonreído a un niño y él te ha sacado la lengua, ponerte a su altura es sacarle la lengua tú también.
Prácticamente todos los niños entienden eso; empiezan a sacar la lengua cada vez que tú guardas la tuya… en cuestión de juegos los niños nos llevan muchos años de adelanto. Lo que intento decir es que te vuelvas a hacer niño, sin despersonalizarte. De esta manera lograras disfrutar la vida en todo lo que hagas.
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Se tú mismo despreocupándote
Nuestra conciencia es un foco constante de problemas y siempre se encuentra a la escucha de cualquier variación del medio, esto puede generar estres. Nuestra capacidad consciente nos lleva a la costumbre de preocuparnos. Sin embargo, jugar brinda una sensación de libertad en nuestra conciencia y por lo tanto disminuye los síntomas del estrés.
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Jugamos continuamente
Nuestros pensamientos nos alejan de la realidad física. Mientras pensamos o hablamos no hacemos más que llenar la única pista consciente de que dispone nuestra mente con un contenido que nos enajena, mientras el tiempo sigue consumiéndose. En realidad jugamos continuamente ya sea con nuestros hijos, amigos, familiares, compañeros de equipo o de labores. Siempre estamos jugando, pero no siempre estamos disfrutando del juego.
Referencia: Torrabadella, Paz. “Cómo desarrollar la inteligencia emocional” 1era. Edición. Editorial Océano Ambar. Barcelona, España. 2005. Pág. 159