Guía completa sobre el bullying

El acoso escolar, al igual que otras formas de maltrato psicológico, puede dejar secuelas. Las investigaciones científicas sugieren que las víctimas de acoso escolar son más vulnerables a padecer problemas de conducta, como trastorno por estrés postraumático, depresión y trastornos del ánimo a medida que pasan los años.

Con este artículo queremos presentarles una completa guía sobre el acoso escolar o bullying, en la cual explicamos qué es, sus características y los diferentes tipos de acoso escolar. Además, identificamos a los participantes del bullying, incluyendo al agresor, la víctima y los observadores.

¿Qué es el bullying?

La intimidación es un acto de conducta agresiva que se repite con el fin de hacer daño deliberadamente a otra persona, ya sea de manera física o mental. El acoso se caracteriza por el comportamiento de un individuo que busca ganar poder sobre otra persona.

  1. La palabra bullying describe un modo de trato entre personas. Su significado fundamental es: acosar, molestar, hostigar, obstaculizar o agredir físicamente a alguien.
  2. Es un continuo y deliberado maltrato verbal y modal que recibe un niño o niña por parte de otro u otros, que se comportan con él o ella cruelmente con el objetivo de someterlo, arrinconarlo, amenazarlo, intimidarlo u obtener algo de la víctima.

Características del bullying

El bullying puede ser llevado a cabo tanto por individuos como por grupos y se caracteriza por su proceder sistemático y estratégico. Suele extenderse por un periodo más o menos prolongado y es un proceso de represión de problemas. Las víctimas se sienten en desventaja y se consideran culpables de la situación. El bullying puede tener lugar tanto de forma directa (a través de agresiones físicas o psicológicas) como indirecta (a través de la intriga).

Algunas formas en que se manifiesta el bullying son:

  • Acechar y espiar en el camino de la escuela a casa, perseguir, echar, dar puñetazos o codazos, empujar y propinar palizas.
  • Marginar a la víctima de la comunidad escolar o de la clase.
  • Inventar rumores y mentiras.
  • Jugar sucio en el deporte y tender trampas.
  • Reírse del otro, hacer comentarios hirientes sobre él.
  • Burlarse y mofarse continuamente, tratarlo con sobrenombres.

Tipos de acoso escolar

  • Físico: empujones, patadas, agresiones con objetos, etc. Se da con más frecuencia en la primaria que en la secundaria.
  • Verbal: insultos, menosprecios en público, resaltar defectos físicos, etc. Es el más habitual.
  • Psicológico: minan la autoestima del individuo y fomentan su sensación de temor.
  • Social: pretende aislar al joven del resto del grupo y compañeros.

Participantes del Bullying

En todo acto de bullying, se puede identificar a tres tipos de participantes: el agresor, la víctima y los observadores.

Agresor

Suelen ser personas fuertes físicamente, impulsivas, dominantes, con conductas antisociales y poco empáticas con sus víctimas. Los acosadores pueden ser identificados en tres tipos:

  • Acosador intelectual: Es aquel que, con buenas habilidades sociales y popularidad en el grupo, es capaz de organizar o manipular a otros para que cumplan sus órdenes. Este tipo de acosador se caracteriza por ser muy astuto y utilizar su inteligencia para su beneficio.
  • Acosador poco inteligente: Es aquel que manifiesta un comportamiento antisocial e intimida y acosa a otros directamente, a veces como reflejo de su falta de autoestima y de confianza en sí mismo. Este tipo de acosador es muy impulsivo y actúa sin pensar.
  • Acosador víctima: Es aquel que acosa a compañeros más jóvenes que él y es a la vez acosado por chicos mayores o incluso es víctima en su propia casa. Este tipo de acosador suele tener problemas en su vida personal y utiliza el bullying como una forma de desfogar su frustración.

La víctima

Suelen ser niños tímidos, inseguros y mantener una excesiva protección de los padres. Son menos fuertes físicamente y tienen dificultades para defenderse de los acosadores. Existen dos tipos de víctima:

  • Víctima pasiva: Suele ser débil físicamente e insegura, por lo que resulta un objetivo fácil para el acosador. Además, suelen tener escasa autoestima, ausencia de amigos y depresión, aunque algunos de estos rasgos podrían ser consecuencia del acoso que sufren.
  • Víctima provocadora: Suele tener un comportamiento molesto e irritante para los demás. En ocasiones, sus iguales les provocan para que reaccionen de manera inapropiada, por lo que el acoso posterior que sufren podría llegar a parecer justificado. Sin embargo, esto no justifica el acoso y es importante que se tomen medidas para proteger a la víctima.

Observadores

Además del agresor y la víctima, también hay un tercer grupo de participantes en el bullying: los observadores. Estos son los compañeros que presencian los actos de bullying, pero no intervienen para detenerlos. Los observadores pueden ser cómplices del acoso y contribuir a perpetuarlo.

Por lo tanto, es importante educar a los observadores para que se conviertan en defensores de la víctima y no en cómplices del agresor.

¿Cómo ocurre el acoso?

  1. El acosador comienza a fijar objetivos potenciales de acoso, mientras que los componentes del grupo se posicionan para posibles ataques.
  2. Pronto, el acosador realiza pequeñas intimidaciones que la víctima no afronta eficazmente, mientras que los espectadores apoyan o se desentienden de las primeras agresiones.
  3. Comienza la agresión física, con la víctima sufriendo determinadas consecuencias.
  4. La gravedad de las agresiones va aumentando paulatinamente, lo que lleva a un sentimiento de desesperación y derrumbamiento de la autoestima de la víctima, mientras que los espectadores se sumen definitivamente en la impotencia y el individualismo.

Indicaciones de acoso escolar

El acoso escolar es un problema que puede manifestarse de muchas maneras. Hay algunas señales que indican que un niño o niña está siendo víctima de acoso en la escuela, y es importante estar atentos a ellas para evitar que la situación empeore.

Cuando los sentimientos del niño o niña no están siendo bien encauzados y quedan sin resolver, pueden desarrollarse modificaciones en su comportamiento diario y rutinario, como insomnio, pérdida de apetito o ataques de ira.

Es común que la víctima viva aterrorizada con la idea de asistir a la escuela e intente aparentar estar enferma en la mañana. También pueden aparecer síntomas psicosomáticos, como vómitos, dolores abdominales o de cabeza sin causa aparente, o puede cambiar de camino para ir al centro. En definitiva, este niño puede mostrarse muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana.

Además, pueden desarrollarse modificaciones más profundas de índole psicológico y emocional, como la pérdida y destrucción de su autoestima y la confianza en sí mismos, llegando a estados depresivos o de permanente ansiedad social al generarse situaciones de inadaptación y de índole escolar y cognitivo, al observarse una disminución del rendimiento académico.

Es importante que todos los involucrados en la educación de los menores estén atentos a cualquier cambio en la actitud, comportamiento o conducta de los mismos con respecto a la rutina diaria.

Indicadores por parte de la víctima

Algunas de las indicaciones de acoso escolar más comunes son:

  • Miedo a ir al centro, poner excusas para faltar de forma recurrente o absentismo escolar frecuente: el acoso escolar puede hacer que los niños se sientan inseguros y teman ir a la escuela.
  • Descenso en el rendimiento escolar: si un niño o niña solía tener buenas notas y ahora su rendimiento ha bajado, podría ser un signo de que está siendo víctima de acoso. El acoso escolar puede afectar la concentración y el rendimiento académico.
  • Apatía, abatimiento, tristeza: los niños que son víctimas de acoso pueden sentirse tristes, deprimidos y desmotivados. Estos cambios de ánimo pueden ser una señal de que algo está sucediendo.
  • Alumno que no es escogido para trabajos en grupo: puede ser que esté siendo excluido por sus compañeros. El acoso escolar puede hacer que los niños se sientan aislados y rechazados.
  • Viene con golpes o heridas del colegio o el recreo: es importante prestar atención a cualquier señal de violencia, puede ser que esté siendo víctima de acoso físico.
  • Se pone nervioso al participar en clase: el acoso escolar puede hacer que los niños se sientan inseguros y avergonzados por lo que si un niño o niña se pone nervioso al participar en clase, puede ser que esté siendo intimidado por sus compañeros.
  • Murmullos, risas por lo bajo cuando un alumno entra en clase o contesta a una pregunta: si los compañeros de un niño o niña se ríen o murmuran cuando entra en clase o contesta a una pregunta, puede ser que esté siendo objeto de burla.
  • Pérdida o rotura de pertenencias: si su hijo está perdiendo o rompiendo sus pertenencias, podría ser una señal de que algo no está bien. Es posible que alguien esté robando o rompiendo sus cosas, y por vergüenza, su hijo acabe asumiendo la culpa, lo cual agrava el problema.
  • Insomnio: los problemas para dormir pueden ser un signo de estrés o ansiedad producido por el bullying.
  • Llanto inmotivado y frecuente y cambios de humor extremos: cuando se dan sin una razón aparente, pueden estar experimentando emociones intensas que no puede manejar.
  • Pasar mucho tiempo solo y no salir con amigos: el acoso puede hacer que los niños se sientan aislados y rechazados por sus compañeros, lo que puede llevarlos a evitar situaciones sociales y a preferir estar solos.
  • Cambio repentino en la forma en que el niño habla, llamándose a sí mismo un perdedor o llamando idiota a un amigo: hablar de manera negativa acerca de sí mismo o de sus amigos, puede ser un indicador de que está luchando con problemas emocionales relacionados con el bullying.

Es importante tener en cuenta que muchos de estos síntomas pueden darse de forma aislada en el periodo de la adolescencia, por lo que es necesario observar con calma y método antes de sacar conclusiones precipitadas.

Indicadores por parte del agresor

Por parte del agresor, también hay algunas señales que pueden indicar que está acosando a un compañero o compañera de clase. Algunas de estas señales son:

  • Haber sido recriminado más de una vez por peleas con sus iguales: si un niño o niña ha tenido problemas de violencia con sus compañeros, puede ser que esté acosando a otros niños.
  • Prepotencia y dominación con hermanos y amigos: los comportamientos dominantes suelen extenderse hacia sus iguales en las aulas.
  • Falta de cumplimiento de las normas y burla de sus iguales: puede ser una señal de que el agresor está acosando a otros niños. Esto puede manifestarse en forma de vandalismo, hurtos o boicots a las actividades escolares. También puede haber una falta de respeto hacia los profesores y el personal escolar en general.
  • Ausencia de empatía con el sufrimiento de los demás: puede manifestarse en comportamientos como la indiferencia ante el dolor, la risa ante el sufrimiento ajeno o la falta de interés por las emociones de los demás. Este tipo de comportamiento puede indicar que el agresor no es capaz de ponerse en el lugar de la víctima y que carece de conciencia sobre el daño que está causando. La empatía es una habilidad importante para evitar el acoso escolar y para fomentar relaciones saludables entre los niños y niñas.
  • Hablar despectivamente de algún compañero o compañera de clase: puede ser un indicador de que el agresor está acosando a otros niños. Este comportamiento puede manifestarse en forma de burlas, ridiculizaciones, apodos ofensivos o difusión de rumores o secretos.

Es importante estar atentos a estas señales para poder prevenir y detectar el acoso escolar. Si sospechas que tu hijo o hija está siendo víctima de acoso escolar o agresor, es importante hablar con él o ella y buscar ayuda.

Consecuencias del acoso escolar

Las víctimas del acoso escolar sufren un deterioro en su autoestima, ansiedad, depresión, fobia escolar e intentos de suicidio, lo que tiene repercusiones negativas en el desarrollo de su personalidad, socialización y salud mental en general.

En los agresores

Los agresores pueden convertir las conductas de acoso en una manera ilegítima de alcanzar sus objetivos, lo que puede llevar a conductas delictivas, incluyendo violencia doméstica y de género.

En los espectadores

Los espectadores corren el riesgo de insensibilizarse ante las agresiones cotidianas y de no reaccionar a las situaciones de injusticia en su entorno. Es importante que los jóvenes sepan que tienen derecho a su integridad física y psicológica, y que nadie puede abusar de ellos física, psicológica o sexualmente.

Deben conocer qué actitudes y conductas no deben permitir en sus relaciones con sus compañeros y personas adultas. También deben estar preparados para afrontar situaciones incómodas y las presiones del grupo, romper la ley del silencio y denunciar situaciones de abuso físico y psicológico que les sucedan o que observen en sus compañeros.

Los espectadores deben mostrar una actitud de apertura, comunicación e interés por la víctima, no posicionarse del lado del acosador y ofrecer acompañamiento si no están seguros. Es importante que sean conscientes de la importancia de mantener relaciones interpersonales cordiales, positivas y mutuamente satisfactorias entre iguales.

Conclusiones sobre el bullying: un problema social que debemos abordar de manera efectiva

Es importante destacar que el bullying es un comportamiento agresivo y sistemático que busca hacer daño a otra persona, ya sea de manera física o verbal. A menudo, el acoso escolar se produce de forma prolongada y sistemática, y puede tener consecuencias graves en la autoestima, salud mental y socialización.

Asimismo, en este artículo detallamos las indicaciones más comunes de acoso escolar, como el ausentismo escolar frecuente, descenso en el rendimiento académico, apatía y tristeza, aislamiento social, violencia física, entre otras.

Por otro lado, es importante que tengamos en cuenta las consecuencias que puede tener el bullying para la víctima, el agresor y los observadores. En el caso de la víctima, puede sufrir un deterioro en su autoestima, ansiedad, depresión, fobia escolar e incluso intentos de suicidio. En cuanto al agresor, puede convertir el acoso en una forma ilegítima de alcanzar sus objetivos, lo que puede llevar a conductas delictivas. En el caso de los observadores, podemos insensibilizarnos ante las agresiones cotidianas y no reaccionar frente a situaciones de injusticia en nuestro entorno.

Por último, hacemos hincapié en la importancia de educarnos para convertirnos en defensores de la víctima y no en cómplices del agresor. Es fundamental que los jóvenes sepan que tienen derecho a la integridad física y psicológica, y que nadie puede abusar de ellos de ninguna manera. Debemos estar preparados para afrontar situaciones incómodas, romper la ley del silencio y denunciar situaciones de abuso físico y psicológico que nos sucedan o que observemos.