Apraxia

Apraxia

La apraxia se refiere a un trastorno en la ejecución de movimientos aprendidos en respuesta a un estímulo que normalmente desencadena el movimiento, sujeto a la condición de que los sistemas aferentes y eferentes requeridos se encuentren intactos, y en ausencia de trastornos atencionales o falta de cooperación.

Dicho de otro modo, el paciente posee las condiciones para ejecutar correctamente el movimiento, e incluso lo hace en diversas circunstancias, pero fracasa cuando el acto debe llevarse a cabo por orden del examinador. Así, la apraxia implica ausencia de una serie de dificultades motoras, como parálisis, ataxia y coreoatetosis, déficit perceptuales, alteraciones graves en la comprensión y deterioro mental. Esto no excluye que los pacientes apráxicos puedan tener trastornos motores, lingüísticos y/o perceptuales adicionales, pero no lo suficientemente graves para justificar la apraxia.

De acuerdo con Geschwind y Damasio, hay cuatro manifestaciones clínicas de este trastorno pueden ser los siguientes:

1) incapacidad de realizar correctamente un movimiento por orden verbal

2) impedimento para imitar adecuadamente un movimiento realizado por el examinador

3) incapacidad de realizar apropiadamente un movimiento en respuesta a un objeto

4) incapacidad de manipular un objeto en forma adecuada.

Estas dificultades en la realización de los movimientos aprendidos no se originan en problemas motores primarios, trastornos gnósicos (visuales y/o auditivos), defectos de atención o trastornos intelectuales globales (demencia).

Aunque en casos graves de apraxia el paciente tiene dificultades en el manejo cotidiano de los objetos, lo más común es que sea incapaz de realizar un movimiento determinado bajo la orden verbal del examinador, pero lo realice de forma correcta (o por lo menos, mucho mejor) en su ambiente natural. Por esta razón, la apraxia puede pasar desapercibida. Se estima que más o menos un tercio de los pacientes con lesiones del hemisferio izquierdo presentan apraxia durante la etapa aguda de un accidente vascular, aunque este problema puede pasar inadvertido.

Hay ciertas discrepancias en cuanto a la clasificación de las apraxias. Por lo común, se han considerado dos tipos principales de apraxia motora en las extremidades: la ideomotora y la ideacional; y dos tipos de apraxias asociadas con defectos visoespaciales: la construccional y la del vestirse. En el año 1986 algunos autores  como Poeck, consideran que estas dos últimas (construccional y del vestirse) no son apraxias propiamente dichas, y prefieren incluirlas entre los trastornos espaciales. Otros tipos de apraxia citados a menudo en la literatura son la bucofacial (o bucolinguofacial o apraxia oral), la verbal, la de la marcha, la del tronco (apraxia axial) y la ocular.

Referencia: Ardila, Alfredo; Mònica Rosselli. “Neuropsicología clínica” Editorial El Manual Moderno S. A. de C. V. Mèxico, D.F. 2007 . Pàg. 127