Existe un principio básico para poder utilizar la psicofarmacología que es la siguiente:
Mientras podamos solucionar el problema que afecta al paciente sin la utilización de medicación estaremos mejorando la salud del mismo, por lo mismo el terapeuta debe agotar cuantos recursos se encuentren en nuestras a su disposición previo a utilizar algún tipo de fármaco.
Sin embargo, existirán algunos casos en que será necesario utilizar algún tipo de fármaco y en este tipo de casos es necesario tener en cuenta una serie de consideraciones fundamentales respecto al uso de los psicofármacos en la infancia. Por ejemplo: la conveniencia de utilizar dosis individualizadas, pequeñas inicialmente y progresivas, llegar a un nivel óptimo de actuación, informar asimismo a la familia de los posibles efectos secundarios que puede provocar.
Psicofármacos en la infancia
Las clasificaciones de los psicofármacos que se pueden utilizar en la infancia son los siguientes:
Psicofármacos en sentido amplio:
— sedantes
— antiepilépticos
— psicoestimulantes
Psicofármacos en sentido restringido:
— neurolépticos
— tranquilizantes
— antidepresivos
— timolépticos, antidepresivos de efecto desinhibidor
Existe un conjunto de fármacos de mayor uso en la clínica psicológica infantil y que todo psicólogo clínico dedicado a la infancia debe conocer. Estos fármacos son los siguientes:
Neurolépticos
Los neurolépticos, se caracterizan por una triple acción: antipsicóticaantidelirante, desinhibidora y sedante, debiendo tenerse en cuenta en algunos también su efecto antimaníaco.
Tranquilizantes
Los tranquilizantes, de efecto común, ansiolítico-sedante-miorrelajante e incluso anticonvulsivante, tendrán efectos preponderantemente ansiolítico o hipnótico en función de las dosis utilizadas.
El uso fundamental en la infancia queda reducido a los estados de ansiedad y angustias, cuya multiexpresividad (trastornos del sueño, tics, estados hipercinéticos, entre otros.) es acusada, o también en las situaciones ansiosas propias de algunos niños psicóticos, o en algunas formas depresivas.
Su utilización puede extenderse a todas las situaciones clínicas que cursan con ansiedad de base (alteraciones psicosomáticas, trastornos del sueño, celos, fobias, inestabilidad psicomotriz, entre otros.).
Antidepresivos
De los antidepresivos, son fundamentalmente la Imipramina (Tofranil)
y sus derivados los que han entrado en el arsenal terapéutico infantil en función de los resultados, variables, que ciertos autores han querido encontrar en el tratamiento de las enuresis infantiles. También se han utilizado en las formas reactivas de depresión infantil especialmente ligadas a situaciones de frustración afectiva.
Psicotónicos-estimulantes
Los psicotónicos, o drogas estimulantes, ejercen un efecto estimulante del sistema nervioso central, por lo que, a pesar de que también deberán utilizarse con precaución, pueden tener indicación en situaciones clínicas de astenia intensa o estados semicomatosos, como la Centrofenoxina (Luncidril) que a través de su acción protectora contra la anoxia de la neurona ejerce un efecto recuperador de la misma.
Aunque personalmente no estoy a favor del uso de los psicofármacos. Existen casos que son la excepción a la regla y que es necesario utilizar algún tipo de fármaco ya que el metabolismo genético del paciente lo necesita.
Los fármacos descritos en este artículo son los más utilizados por psiquiatras en América Latina y aunque un psicólogo no pueda recetar fármacos si puede y debe tener el conocimiento de la función, utilización y efectos secundarios que puede producir un psicofármaco.
Partiendo de mi experiencia, puedo decir que algunos pacientes que utilizan fármacos sufren de efectos secundarios y en vez de ayudarlos, el fármaco es la detonante de nuevas psicopatologías.
Lamentablemente muchos psiquiatras no cuentan con la experiencia debida y una práctica rígida para la utilización de fármacos y en vez de ayudar al paciente solamente le dan un antidepresivo para “ayudarlo” sin tener en cuenta la psicofisiologia del paciente que posiblemente no acepten cualquier tipo de fármacos y genere los efectos secundarios.
Por lo mismo, reitero, es necesario que todo profesional de la salud mental tenga el conocimiento, funcionamiento y utilización de los fármacos aunque no tengan la autorización para recetar un fármaco.
Referencia: Jiménez Díaz, Luis. “Introducción a la psicología clínica infantil” las neurosis infantiles. 1era edición. Biblioteca de la Universidad Pontificia de Salamanca. España.1985. pág. 308