Reacciones ante un trauma: Luego de pasar por un trauma el cuerpo tiene diferentes reacciones que son conocidas como eventos traumáticos. El DSM-IV y el CIE-10 describen como los signos y los síntomas de estos eventos que a continuación se desarrollaran:
- Reacción a estrés agudo
Este es definido por la OMS como “un trastorno transitorio de una gravedad importante, que aparece en un individuo sin otro trastorno mental aparente, como respuesta a un estrés físico o psicológico excepcional y que por lo general remite en horas o días”.
Cuando esto ocurre, la gente suele mostrar un comportamiento errático y cambiante. Inmediatamente después del evento, los individuos a menudo se sienten confundidos y les resulta difícil enfocarse o concentrarse. Pueden sentir que lo que sucedió es irreal, y comportarse de manera normal, como si nada hubiera ocurrido. Si los estímulos son demasiado poderosos, pueden desorientarse.
Posteriormente, algunas personas pueden retraerse, disociarse o quedarse “pasmadas”, mientras que otras responden alarmándose y deseando huir. Los individuos muestran signos de ansiedad y miedo, experimentan latidos cardíacos rápidos, sudoración, náuseas, vómitos, temblores, palpitaciones, dificultades respiratorias o diferentes molestias y dolores. Los dolores de cabeza, dolores de estómago y de los músculos son muy comunes ante esta reacción. Cabe notar que algunas personas pueden no ser capaces de recordar lo que ha sucedido.
Las reacciones a estrés agudo pueden incluir todas las reacciones de crisis mencionadas anteriormente, incluido el shock nervioso (fuertes reacciones que aparecen inmediatamente después de un evento traumatizante) y “fatiga de combate” o “neurosis de guerra”, que son reacciones después de haber participado en un conflicto armado, o haberlo presenciado.
Los síntomas severos de la reacción a estrés agudo tienden a disminuir después de algunas semanas, y muchos individuos se recuperan sin haber sufrido un daño psicológico persistente o un daño (psicológico) a largo plazo.
2. Ansiedad
Una sobreviviente puede sentir ansiedad junto con otros síntomas del trauma. Los eventos traumatizantes, de manera frecuente generan ansiedad, pánico y sensaciones de miedo. Sin embargo, se puede decir que la sobreviviente sufre de un trastorno de ansiedad, cuando la ansiedad es mucho más evidente que otros síntomas. Esto tiene dos características principales: la reacción ante una amenaza es muy intensa y desproporcionada a la vez. Cuando una sobreviviente se siente ansiosa sin alguna razón aparente, o incluso sin estar en peligro, su ansiedad puede ser perturbadora para ella misma y para los demás.
3. Depresión
La depresión ocurre, a menudo, junto con otros síntomas después de una violación (y de otros eventos traumatizantes), particularmente, en los primeros meses. Esto se debe con frecuencia a que la persona siente culpa, es rechazada por la familia y su entorno social. La depresión puede ser tan severa que requiere un tratamiento diferente y por separado. Si una depresión es profunda y severa, puede inducir pensamientos suicidas en los individuos.
4. Disociación
La disociación es frecuente después del trauma y ocurre cuando la mente se “retira” del cuerpo. Es una estrategia de supervivencia y defensa instintiva que los humanos y los animales adoptan ante una amenaza grave. Esto explica por qué las sobrevivientes no pueden recordar lo que les sucedió (amnesia disociativa). En condiciones de estrés agudo, algunas de las funciones mentales no pueden funcionar adecuadamente, esto incluye los sentimientos y las emociones. Lo anterior explicaría la insensibilización emocional, que algunas sobrevivientes experimentan después de sucesos traumáticos. Las ayudantes pueden encontrar a una sobreviviente distante (emocionalmente), que no se siente realmente presente, está desenfocada y silenciosa. Puede que no tenga sensaciones de sed, hambre o dolor, incluso si está lesionada, y puede perder el control sobre sus movimientos corporales (control motor), al menos durante un período. La reviviscencia de una catástrofe, (por ejemplo, en flashbacks) también puede entenderse como un estado psicológico disociativo, ya que dichas reminiscencias representan una ruptura parcial o completa de la integración normal de las emociones y de los recuerdos de una persona.
5. Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
Según la definición de la OMS, esta condición “surge como respuesta tardía o diferida a un acontecimiento estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismos malestar generalizado en casi cualquier persona”.
Es probable que el TEPT comience como una “reacción a estrés agudo”, que es seguida por un síndrome completo de TEPT. Sin embargo, las sobrevivientes, a veces, pueden mostrar pocos o ningún síntoma durante varias semanas o meses. Pueden presentar estrés agudo, luego mantenerse estables casi sin ninguna angustia y después desarrollar TEPT.
Si una persona ya tiene antecedentes de alguna enfermedad emocional o siente mucha inseguridad, su reacción a nuevos sucesos traumáticos puede ser exacerbada. Sin embargo los factores preexistentes no predicen el desarrollo del TEPT.
En la mayoría de los casos, las personas que sufren de TEPT se recuperarán, pero esta condición también puede volverse crónica. En los peores casos puede causar cambios duraderos en la personalidad del individuo.