Síndrome de fatiga crónica

Un ejemplo de un dilema diagnóstico es el síndrome de fatiga crónica (SFC), una condición clínica en la que el paciente se queja de cansancio extremo acompañado de mala concentración, irritabilidad y dolor muscular.

Síndrome de fatiga crónica

Muchos médicos familiares creen que los síntomas de la mayoría de los pacientes que sufren de fatiga crónica severa no se explican fácilmente, ya sea por una enfermedad orgánica reconocida o por depresión, ansiedad, enojo o alguna otra reacción emocional.

Shirley Finley es una paciente del departamento de enfermedades infecciosas de un hospital local. Sus dolencias principales son fatiga, poca concentración y dolor muscular. Estos síntomas parecen exacerbarse con el esfuerzo mental y físico, que la han llevado a reducir de manera sustancial sus actividades diarias. El historial de su caso describe una aparición aguda de síntomas después de una enfermedad viral. Aunque menciona sentirse deprimida y ansiosa en ocasiones, no muestra estados de ánimo importante o inusual.

Cree que su enfermedad es más bien médica que psicológica. Explica que su “estrés” es el resultado de una enfermedad más que su causa. Al menos desde el siglo XIX se ha reconocido un síndrome clínico en el que la queja de fatiga es severa y está acompañada de síntomas similares a los que se observan en Shirley Finley. A finales de ese siglo, este síndrome se diagnosticaba como neurastenia, una condición con una causa incierta pero que se atribuía al efecto del estrés de la vida moderna en el sistema nervioso humano. Al paso de los años el diagnóstico de la neurastenia ya no era útil puesto que se definía en líneas muy generales, y para principios del siglo XX empezó a dejar de ser de uso común.

Sin embargo, un creciente número de médicos se ha visto recientemente confrontado con síntomas como los de Shirley Finley en muchos pacientes, en especial mujeres blancas a comienzo o a mediados de la edad adulta. Aunque aún no es parte del sistema de clasificación diagnóstica oficial, el síndrome de fatiga crónica (SFC) es objeto de atención considerable. Si bien no existe acuerdo sobre la definición del SFC, en la actualidad puede ser caracterizado por la presencia de ciertos síntomas (criterios de inclusión) y la ausencia de otros (criterios de exclusión).

Se requiere más investigación para determinar la naturaleza y causa del síndrome de fatiga crónica. Hasta el momento no se ha identificado ninguna causa definitiva del trastorno. Sin embargo, lo que se sabe hoy en día sugiere que el agente precipitante parece ser una infección viral. Por lo general, los estudios que se han llevado a cabo no tienen grupos de comparación, tampoco información detallada sobre los pacientes estudiados, o tienen otras limitaciones importantes. Un descubrimiento relevante es que, mientras los pacientes con SFC por lo regular reportan tener problemas de concentración y de memoria, su desempeño cognitivo es normal.

Las anomalías inmunológicas son comunes en el SFC, así como las anomalías del funcionamiento autonómico y sentimientos de depresión y ansiedad. Al parecer, es probable que múltiples factores jueguen papeles en su conformación. Por ello, es probable que tengamos otro ejemplo de la necesidad de una amplia perspectiva interaccionista de los determinantes biopsicosociales. En la actualidad, al SFC se le considera un término descriptivo de un trastorno que se reporta con frecuencia y que parece involucrar variables heterogéneas. Independientemente de lo que se descubra sobre las causas del SFC, a final de cuentas la atención que está recibiendo ofrece una oportunidad para entender la naturaleza y clasificación de las enfermedades humanas cuyos orígenes son inciertos.

Referencia: SARASON, IRWIN G., SARASON, BARBARA R. “Psicopatología. Psicología anormal: el problema de la conducta inadaptada” Undécima edición. PEARSON EDUCACIÓN, México, 2006. Pág 213