Los TCA (trastorno del comportamiento alimentario) son un grave problema de salud, sus consecuencias a nivel físico y mental son tales que un porcentaje elevado de los casos acaban con la muerte de las personas que padece el trastorno, claro esto solo sucede en casos crónicos en donde el trastorno ya ha estado muy avanzado.
Trastorno del comportamiento alimentario
Una de las razones del fracaso del tratamiento es el inicio tardío del mismo. Muchos de los jóvenes que desarrollan el trastorno con doce o trece años, no inician el tratamiento hasta pasados cinco o seis años, lo que hace que la conducta a eliminar esté mucho más asentada y que, por tanto, el tratamiento sea menos eficaz.
Un docente que sospeche que algún miembro de su clase o centro padece una anorexia o una bulimia puede colaborar al inicio temprano del tratamiento siguiendo los pasos que se detallan en los siguientes apartados.
Cómo hablar con el alumno
Ante la sospecha de que un estudiante tenga un trastorno del comportamiento alimentario, lo recomendable es poner en común nuestras dudas con el resto de docentes, para valorar detenidamente el caso. Si la sospecha se mantiene, conviene hablar con el orientador y acordar con él la manera de tener una reunión con el alumno.
El docente que mantenga una mejor relación con el estudiante, será el responsable de hablarle, está conversación no debe adquirir en ningún momento un tono acusatorio, no se trata de conseguir que el alumno “confiese”, el objetivo sería poder crear un clima de confianza donde el joven pueda expresarse y tomar conciencia del problema que tiene y lo que este le está suponiendo.
Con esta intención en la conversación estudiante-profesor, se deberán abordar los siguientes temas relacionados con el alumno y el posible trastorno alimentario:
- Sus cambios de actitud y de ánimo.
- Posibles enfrentamientos con compañeros.
- Consecuencias físicas y emocionales del trastorno.
- La relación con su familia.
- Cómo informar a su familia del asunto.
Finalizada la conversación, se le informará al alumno de que se va a convocar a sus padres a una reunión, si el alumno rechaza hablar con sus padres sobre este asunto, el docente puede ofrecerse como mediador en esta labor.