Ofrecer una introducción a la psicoterapia no es tarea fácil, el contenido de este libro esta destinado a estudiantes de psicología, psiquiatría y campos afines, que tienen tras de si muchos años de preparación. Han elegido una carrera que se desenvuelve en un campo todavía nuevo, pero no ha sufrido un desarrollo importante en unos tres cuartos de siglo, desde que recibió el impulso de la contribución gigantesca de Sigmund Freud. El atenuó la extraña aversión del hombre a penetrar en su vida interior. E interés por la salud mental, hoy en día, ya no suscita recelos; en realidad, la motivación y la resolución de los conflictos psicológicos y la aceptación de la psicoterapia se ha convertido en una actitud ampliamente difundida en nuestra cultura. Los programas para la salud mental son enteramente respetables y figuran con toda consideración en los planeamientos de todas las comunidades de muchas partes del mundo occidental.
Pero ¿Qué decir acerca de aquellos que van a asumir la responsabilidad del tratamiento de problemas psicológicos y emocionales? La instrucción en el arte y en la ciencia de la psicoterapia exige una continua reexaminación de sus temas y presentación. Históricamente, sus propósitos han sido sobre todo de tutela, en parte porque la práctica de la psicoterapia misma ha sido un trato de persona a persona. El paciente ha enseñado al psicoterapeuta mucho de lo que este necesitaba aprender. A partir de esta integración, el terapeuta ha aprendido además a poner en juego sus propios recursos, de modo que contribuyera gradualmente a la evolución del paciente. Hoy en dia el terapeuta experimentado está en condiciones de guiar más eficazmente al estudiante de psicoterapia en la investigación de los problemas del paciente, y puede definir con mayor claridad lo que aumenta las probabilidades de un resultado afortunado de la terapia. En el caso concreto del Dr. Singer, ¿Cómo se ha propuesto cumplir esa misión? Según mi criterio, ha establecido una forma de presentación que es al mismo tiempo juiciosa e inspirada, pues toca lo que hay de más vivo en todos nosotros. Rechaza la simplificación excesiva, la pontificacion, el hablar con superioridad al lector. Su enfoque me trae a la memoria las nuevas matemáticas; el moderno paradigma pedagógico para la enseñanza matemática. Buscando lo que puede ser de utilidad para la enseñanza de los estudiantes que se han lanzado al estudio de las matemáticas, nuestra generación actual ha hecho un descubrimiento sorprendente; a saber, que en lugar de aprender solo de memoria las reglas aritméticas, el niño es capaz de asimilar los principios básicos de las matemáticas. Como consecuencia de esto, el principiante puede comprender el tema de que se trata: los fragmentos empezaron a ocupar su sitio; métodos pragmáticos ya no fueron rituales, tediosos y sin sentido, y comenzó a surgir un panorama asombroso. El entusiasmo para seguir indagando, para proseguir la aventura, ha desplazado la antigua y mas habitual experiencia del trabajo tedioso, el tácito desconcierto y los sentimientos de inadecuación. La presteza con que el niño se abre y responde a esta incitación dice mucho a favor de aquellos que idearon y tuvieron la audacia suficiente para ensayar estas posibilidades. Como aquellos que se enseñan las nuevas matemáticas , el Dr. Singer, en toda su presentación esta siempre atento a las cualidades básicas inherentes de la condición humana, para la solución valida de los problemas. En psicoterapia es un postulado primordial llegar a las raíces de los sentimientos, del pensamiento y de la experiencia. Enseñar simplemente la programación de los procedimientos, aun siendo importante, no llevara a parte alguna, ya que la comprensión técnica de la transacción es insuficiente y perpetuara un intercambio ilusorio. El sendero de la terapia conduce al reconocimiento inesperado de que es primordial la flexibilidad, tanto del terapeuta como del paciente, el estilo incesante de una actitud receptiva. En terapia, como en las matemáticas, la flexibilidad reside o se apoya en la comprensión de los supuestos fundamentales. Quizás la analogía entre la enseñanza de las matemáticas y de la psicoterapia sea forzada, ya que muchos de nosotros no estamos interesados en llegar a ser matemáticos profesionales; no obstante, la mejor preparación para un futuro potencial, sea el que fuere, sigue siendo un principio solido. En el caso del psicoterapeuta, su campo es su profesión, y su paciente no dará muestras de un progreso significativo, a menos que aquel proyecte la necesidad de servicios de este, en su propia vida. Creo que en algún lugar de nosotros mismo existe un profundo anhelo por acercarnos a la entrada de nuestra personalidad, a lo que nos rodea, a como pensamos, a nuestras reflexiones intimas. Empecemos con una inmediata simpatía por lo autentico, aun cuando no tengamos conciencia de esta característica o cualidad. Hay una sentida emoción o placer, que de ordinario no es accesible a la verbalización, cuando ideas substantivas se vuelven cosa inmediata en nuestra propia experiencia. Creo que el Dr. Singer ha captado de diversos modos lo que esos temas esenciales son para nosotros, que deseamos comprender la condición humana. La esencia de lo que desazona al terapeuta acerca de si mismo, de su paciente y de su empresa, es presentada concienzuda y auténticamente. Al estudioso no se le oculta nada desde el momento en que abre su mente al estudio de la psicoterapia. Los temas centrales, es decir los conceptos fundamentales son presentados de manera que alienten el afán de descubrir del estudioso. El Dr. Singer no se demora en lo que podría ser puntos de controversia; no le preocupa tomar partido, ni tampoco la viabilidad o seguridad prematura de los resultados terapéuticos. Sin embargo, el espíritu del libro no es el de una compilación ecléctica de temas: el Dr. Singer tiene su punto de vista y este reposa en un respeto profundo por el ser viviente mismo, a modo de un arte que requiere reflexión constante, dedicación y activación desde dentro. El autor ha evitado diestramente los riesgos que lleva consigo una onda investigación de la condición humana. Encararse de un modo profundo con cualquier tema le lleva a uno peligrosamente al borde de la exhortación, la moralización y la propaganda. Pero creo que el autor venció con éxito estos pecados, por tener fe en el impulso humano hacia la salud.