Las tres etapas del amor

Los psicólogos han encontrado tres etapas del amor que resultan ser etapas evolutivas. La ciencia también ha buscado comprender el porqué de esas etapas que resultan claras en la experiencia de la vida. En una relación emocional de pareja, se perciben períodos o momentos diferentes; esto no escapa a la simple observación. Cada etapa tiene sus características y riquezas, pero es diferente el amor en la etapa inicial de la formación de la pareja que cuando una pareja lleva años en su relación sentimental.

Así, se describen etapas diferentes, en las cuales puede relacionarse una situación vivencial determinada, tanto emocional como sentimentalmente, con los neurotransmisores cerebrales que parecen determinarlas. Existe consenso en establecer tres etapas distintas: una primera de enamoramiento, una segunda de amor pasional y una tercera de amor armónico.

etapas del amor

1.  Enamoramiento o etapa inicial

Es el momento del descubrimiento. Aquí domina la pasión. La búsqueda del mutuo conocimiento motiva la exploración, el reconocimiento, las vivencias, los juegos y la excitación. En este período, la activación del estrés es mayor que la habitual, pero sin alcanzar niveles patológicos. Lo que sucede es que predominan las hormonas propias del estrés, tales como la adrenalina y el cortisol. A nivel cerebral, se eleva la dopamina, un neurotransmisor relacionado con el circuito cerebral del placer y la recompensa. En nuestro cerebro, existen áreas específicas que se activan y liberan dopamina en el momento en que vivenciamos placer. Entre ellas, encontramos dos núcleos donde el placer tiene su domicilio: el núcleo accumbens y el núcleo tegmental ventral, que viven una fiesta cuando una persona se encuentra con su pareja. Para decirlo de un modo más metafórico, la dopamina es el alfabeto bioquímico del placer. La testosterona y la serotonina pueden bajar en este período del enamoramiento. Las modificaciones en los neurotransmisores y en las hormonas en este período del amor resultan evidentes.

Respecto a la duración del enamoramiento, debemos consignar que es variable y depende de múltiples condiciones, sobre todo psicológicas y de vida, pero, en términos generales, hay acuerdo en que puede extenderse entre seis y doce meses. Algunos estudios lo prolongan hasta dos y tres años, pero todos coinciden en que no dura mucho más de eso. Las modificaciones en los neurotransmisores y las hormonas dan lugar al ingreso en la segunda etapa del amor: el amor pasional.

2. Amor pasional

Las emociones iniciales, intensas y movilizadoras, y el estrés resultante, van cambiando a sentimientos de placidez, calma, estabilidad y seguridad. El sentimiento del amor se afianza y permite planificar un proyecto en común, un anhelo y un futuro. Los niveles de las hormonas, particularmente del cortisol, se normalizan al disminuir el estrés inicial que muchas veces es promovido por la inseguridad y los temores iniciales. Este nuevo período se caracteriza por la estabilidad emocional. El resto de los neurotransmisores también se normalizan para dar lugar a la hormona que dominará en adelante: la oxitocina.

La oxitocina es producida y liberada por una parte del cerebro que se denomina hipotálamo y se la conoce como «la hormona del amor». Esta genera confianza, credibilidad y seguridad. Es una hormona que fomenta el apego. Es una suerte de «adhesivo» de la pareja, que consolida la relación recíproca. El amor pasional puede durar varios años según las características particulares de la pareja. En forma muy lenta, la emoción y el sentimiento se van acomodando a un nuevo escenario, el del amor armónico.

3. Amor armónico

Aquí la pasión va disminuyendo, pero comienza a ocupar un lugar de solidez el compromiso mutuo y la intimidad. Los sentimientos que predominan en este período son aquellos que hacen a la valoración de lo construido y a la profunda integración del otro   en un vínculo edificado y cimentado en común. Así, el compromiso se ve secundado por el proyecto y el pacto mutuo, el acuerdo, la responsabilidad, el trato interpersonal y la palabra. Por su parte, la intimidad acude a la complicidad, la familiaridad y el apego. La hormona que acompaña este período del amor es también la oxitocina.

Cabe señalar que un sentimiento humano, y ni hablar del amor, es mucho más que moléculas de neurotransmisores y hormonas. Es, sin duda, la conclusión evolutiva más compleja que acompaña al desarrollo del ser humano. Como toda emoción, intervienen en su desarrollo múltiples variables que tienen que ver con la biología y la genética, y también con la psicología y la historia de vida que determinan que cada ser humano sea único e irrepetible. El amor es para cada persona una experiencia única e irrepetible.

Hemos comentado que el amor como sentimiento humano es un fenómeno complejo y multidimensional. Por ello, no cabe duda de que el abordaje psicológico es también de gran interés y nos permitirá comprender mejor los matices de este sentimiento.