Mujeres que tratan de cambiar a un hombre

Lisa
El día que lo conocí estaba drogado. Pero me parecía simpático, era alguien agradable así que pensé que podía dejar las drogas si en vez de droga se le daba amor.

Gary era un alcohólico y un adicto a las drogas. Cuando lisa lo conoció pensé que podía ayudarlo a salir de esta condición que el afectaba. Lisa sabía que Gary sufría y que se había sumergido en las drogas y el alcohol porque tuvo una infancia muy dura, así que Lisa pensó que podía sacarlo de allí a través del amor que ella sentía por él.

Así como Gary la mama de Lisa era una alcohólica, por lo que ella pensaba que si ayudaba a Gary compensaría lo que no podía hacer por su madre.

Luego de un tiempo Gary se mudó al apartamento de Lisa y dejo algo muy claro, que en caso de que alguna vez tuvieran que elegir entre comprar droga y pagar el alquiler, para él las drogas estarían siempre primero.

Al escuchar esto, Lisa estaba segura de que un día cambiaria y que llegaría a valorar lo que tenían juntos y conservarlo. Ella estaba convencida de que podía hacer que él la amara como ella lo amaba.

Durante 6 años Lisa vivió en el mismo apartamento con Gary pagando ella el alquiler e incluso soportando que Gary le sacara dinero del bolso o cuando volvía del trabajo exhausta encontraba en el apartamento una fiesta. Pero aun así, Lisa creía que Gary cambiaria.

¿Cómo una mujer puede llegar a esto?

Sucede que él le contaba las historias de su niñez y lo que había sufrido, al escucharlas Lisa pensaba que si lo amaba lo suficiente podría compensarlo por todo lo que había sufrido.

Ella sentía que no debía culparle ni hacerle responsable de su comportamiento, puesto que lo habían dañado cuando niño, y al concentrarse en remediar el pasado de Gary llegaba a olvidar su propio doloroso pasado.

Una vez durante una discusión en que ella se negó a darle un cheque que le había enviado su padre como regalo de cumpleaños, Gary clavo un cuchillo en todos los cuadros del apartamento. Lisa estaba tan enferma que llego a pensar: “la culpa es mía; no debí hacer que se enoja tanto”.

Al día siguiente Lisa estaba limpiando todo, llorando y tirando las pinturas de hace tres años que Gary destruyo. Tenía el televisor encendido para distraerse y estaban entrevistando a una mujer que había sido golpeada por su esposo. No se le veía la cada, pero hablaba de cómo había sido su vida y describió algunas escenas horribles y después dijo: “no me parecía tan malo porque yo aún podía soportarlo”

Al instante: Lisa sacudió la cabeza lentamente. Y pensó eso es lo que yo estaba haciendo; seguía en esa situación terrible porque aún podía soportarlo. Cuando la mujer entrevistada dijo: “¡Pero tu mereces algo más de lo peor que puedes soportar!” y de pronto Lisa se escuchó a sí misma y empezó a llorar porque comprendió que ella merecía más que el dolor, la frustración, la perdida y el caos. Y se dijo así misma: “Ya no viviré así”.

Cuando Gary volvió, sus cosas estaban empacadas afuera. Lisa había llamado a su mejor  amiga, que había traído su esposo, y esta pareja ayudó a Lisa a tener el coraje de decirle a Gary que se marchara.

No hubo una escena porque estaban los amigos de Lisa y por eso simplemente se marchó. Más tarde empezó a llamarla y a amenazarla, pero Lisa ya no reaccionaba de ninguna manera ante él.

En realidad Lisa no podía salir sola de esta relación adictiva, por lo que necesito la ayuda de alguien más (en este caso de sus amigos), pero a veces no es suficiente. En la mayoría de casos se necesita ir al psicólogo, creo que lo más recomendable recibir una intervención terapéutica pasa sanar el interior y evitar este tipo de relaciones adictivas y enfermizas.

Referencia: Norwood, Robin. “Las mujeres que aman demasiado” Ediciones B, S.A.10ma. Reimpresión. Barcelona, España. 2006. Pág. 86